Puentes mantendrá su estructura en Galicia tras ser comprada por China Road

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

CEDIDA

La firma gallega justifica la venta en que precisa músculo financiero para consolidar toda su cartera exterior

03 ene 2020 . Actualizado a las 22:19 h.

China Road and Bridge Corporation, filial de uno de los gigantes asiático del sector de la construcción, está a un solo paso de cerrar la compra del Grupo Puentes, compañía gallega puntera en el ámbito de la construcción y la obra civil con sede en el municipio coruñés de Oroso. El expediente de adquisición está ya en manos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), organismo que tiene que dar ahora el visto bueno a una operación muy avanzada, que viene fraguándose desde hace ya muchos meses y que supondría que la tercera empresa gallega del sector, tras San José y Copasa, pase a manos chinas.

El fundador de la compañía, José Manuel Otero Alonso, y sus dos hijas controlan ahora el 69,62 % del capital de la compañía. Con esta operación pasarían a ser los socios minoritarios. Pero en las negociaciones abiertas con el grupo chino este se ha comprometido a mantener intacta la estructura de Grupo Puentes en Galicia, tanto en lo que se refiere a la sede como al empleo, incluida la dirección actual, en la que también seguirían, pese al cambio accionarial, Purificación Torreblanca -fichada la primavera pasada procedente de Acciona- y el resto de los directivos.

Y eso porque la idea del todavía propietario del Grupo Puentes es mantener la línea de trabajo actual, muy enfocada al mercado exterior. La empresa gallega justificaría la entrada del socio chino en la necesidad de incorporar músculo financiero para una compañía que ya tiene el 60 % de su cartera de trabajo en el extranjero y que necesita mayor capacidad económica para hacerse con las grandes adjudicaciones. Pero en la venta de la mayoría de la compañía gallega también parece influir una variable que condiciona el futuro de otras muchas empresas gallegas: la que tiene que ver con la falta de relevo generacional.

Al preguntarle hace unos meses por esta operación, el fundador de la empresa, José Manuel Otero, aseguró en una entrevista a La Voz que la compañía no se irá nunca de Galicia, con independencia de los distintos movimientos accionariales. «Nosotros no abandonamos la empresa. Ni en dos años ni en cinco», dijo Otero. Y añadió al respecto: «Puedo afirmar que la empresa Puentes seguirá durante muchísimos años teniendo su sede social en Galicia, a pesar de que nadie nos lo agradezca, y seguirá manteniendo todos los puestos de trabajo que tiene. Y yo estaré ahí con las botas puestas hasta que consideren que no puedo aportar nada más».

De momento, no ha trascendido qué porcentaje exacto del capital adquirirá el grupo chino, que se haría con la mayoría accionarial, pero parece claro que José Manuel Otero y su equipo directivo seguirán a los mandos del grupo. La firma compradora es una constructora china muy internacionalizada, con presencia en América Latina, donde Puentes también tiene intereses a través de varias filiales y donde ha llevado a cabo importantes proyectos de obra civil, como son los casos de Panamá o de Ecuador, país en el que se encargó de la construcción de dos hospitales. Nada parece presagiar que el regulador vaya a oponerse a esta operación por razones de excesiva concentración del mercado y alteración de las reglas de la competencia, así que las partes dan casi por hecho que la negociación seguirá su curso y podrá cerrarse en breve de forma definitiva.

El Grupo Puentes espera acabar el año con una cifra de negocio en el entorno de los 150 millones, por encima del 2018 y por debajo de los 300 que, estima, facturará en el 2021. La plantilla da empleo a 500 trabajadores, y puede llegar a mil en función de las obras en ejecución.

Su situación financiera, con una deuda cada vez menor, y su cartera de proyectos en el extranjero, adjudicaciones que suman casi 200 millones de euros, ha convertido esta empresa en un bocado muy apetecible para los grandes del sector a nivel mundial, entre ellos China Road, filial del que es el quinto mayor grupo constructor de China.

La operación, muy avanzada, está pendiente del visto bueno de Competencia