México convierte su salida de Barreras en cuestión de Estado

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M. MORALEJO

Pemex confiesa que se va del astillero por orden del Gobierno

25 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pemex se va de Barreras por decisión del Gobierno de López Obrador. «Aunque quisiéramos quedarnos, no podemos, es una cuestión de Estado». Así lo explicó el presidente del astillero, el mexicano Navarro Cervantes en la mesa de negociación de Madrid en la que la petrolera dueña del constructor naval vigués acordó ceder sus derechos de voto (el 51 %) a The Ritz Carlton, que cuenta además con la cesión del 24,5 % de la naviera Albacora.

«Nuestra aventura en Barreras ha terminado, pero haremos una salida ordenada. No vamos a ser un obstáculo para la reactivación del astillero», ha asegurado Navarro, según el relato de fuentes de la negociación del plan de rescate de Barreras.

La decisión se hace oficial ahora, pero hace meses que Pemex tiene orden de desprenderse de su participación, no sin antes averiguar las condiciones en las que se pactó su entrada, y la adjudicación de los dos floteles (uno a Barreras y el otro a Navantia).

Esta semana se ha sabido que la Fiscalía General de la República mexicana tiene muy avanzada la investigación sobre la operación cerrada en diciembre del 2013, que podría tener importantes consecuencias para los antiguos gestores de la paraestatal «por otorgar contratos a una empresa al borde de la quiebra», según ha desvelado la publicación mexicana Contralínea.

El origen de la investigación está en la auditoría interna encargada por el actual presidente de Pemex, Octavio Romero Oropeza, que concluye que «la operación se llevó a cabo en términos muy onerosos para Pemex, que se hizo con un porcentaje mayoritario de Barreras para poder otorgarle carga de trabajo sin necesidad de concurso previo». El documento señala al entonces director de la petrolera Emilio Lozoya y a otros directivos como Carlos Roa y José Manuel Carrera Panizzo, ambos exconsejeros de Barreras en representación de Pemex, implicados también en los casos de corrupción de Fertinal y Agronitrogenados.

Las sospechas de corrupción se dispararon cuando al final de la administración de Enrique Peña Nieto, directivos de Pemex intentaron deshacer la operación y vender la participación en Barreras a precio de saldo. Romero Oropeza detuvo la venta y puso en marcha la investigación.

Este pasado verano, López Obrador llegó a decir que «los contratos con Galicia debían revisarse porque no había un trato justo para Pemex». Las primeras investigaciones de auditoría interna encargadas por Romero Oropeza indican que «el negocio ha sido desastroso para Pemex», a pesar de adquirir la mayoría de Barreras por tan solo 5,1 millones. Lo argumenta en que los dos floteles adjudicados a Galicia para alojar a los trabajadores de sus plataformas petroleras, que costaron 360 millones en total, han supuesto una inversión ruinosa, porque trabajan muy por debajo de su capacidad, debido a la crisis de la petrolera, y ambas unidades están a la venta.

Barreras nunca ha llegado a salir de pérdidas desde la entrada de Pemex hace seis años.