Hacienda le busca las arrugas a casi un centenar de clínicas de estética

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

AGENCIA TRIBUTARIA

Acusa a los centros, entre ellos diez gallegos, de ocultar ingresos para tributar menos

17 oct 2019 . Actualizado a las 17:29 h.

Después de los mercados de frutas y las empresas del sector del mueble, Hacienda ha puesto la lupa ahora en las clínicas de estética y dermatología. El objetivo, hacerle un lifting a sus cuentas y pinchar la bolsa de fraude que, según las primeras pesquisas del fisco, escondería el floreciente negocio de la belleza (España, con 400.000 operaciones al año, es el cuarto mayor mercado de Europa). Para ello, 450 funcionarios, entre inspectores tributarios, de Vigilancia Aduanera y personal de las unidades de auditoría informática, con el apoyo de la Policía, se personaron ayer en 92 clínicas del sector (diez de ellas en Galicia) para recabar documentación con la que seguir tirando del hilo.

Bajo el foco están 90 sociedades y 70 personas físicas, fundamentalmente médicos, pero también personas de su entorno familiar, que declaran a Hacienda menos de lo que esta espera. Porque, como pudieron comprobar los miles de autónomos y pequeños negocios que en los últimos meses han recibido cartas del fisco, la Agencia Tributaria dispone desde hace tiempo de herramientas informáticas que le permiten cruzar los datos de empresas del mismo sector para detectar posibles fraudes y que, en el caso de estas clínicas, hicieron saltar las alarmas. Principalmente, porque había sociedades que llegaban a declarar pérdidas mientras los médicos que las administran exhibían claros signos de riqueza.

Para los inspectores, está claro que los centros investigados ocultan buena parte de su actividad económica para pagar menos impuestos. Y que lo hacen gracias al uso de efectivo como principal medio de pago. Según han podido constatar, en muchas de estas clínicas ni siquiera admiten el pago con tarjeta. Y creen que no son casos aislados, sino que se podrían reproducir en muchos de los centros ahora investigados. Por eso decidieron lanzar la operación coordinada en todo el país, para evitar chivatazos y acceder directamente a la información contable de las clínicas, y a sus sistemas informáticos, en busca de contabilidades ocultas.

Si hay centros que solo admiten el pago a tocateja (o, en menor medida, por transferencia), dificultando así que el fisco pudiese rastrear los movimientos del dinero, hay otros donde las alarmas saltaron por justo lo contrario. Y es que es tan alto el porcentaje de sus ingresos que proviene de operaciones con tarjeta que los inspectores tienen fundadas sospechas de que lo que hacen es guardar los pagos en metálico en un cajón para no declararlos.

Cajas fuertes

Tanta es la querencia por el efectivo en el sector que cuatro de cada diez centros inspeccionados regentados por personas físicas contaban con cajas fuertes para custodiar el dinero. Además, relata Hacienda, a su favor juega el hecho de que el grueso de sus clientes son particulares que no pueden practicarse ninguna deducción por los tratamientos recibidos, por lo que serían menos reacios a admitir la imposición del pago en metálico.

Con toda la información en la mano, el fisco amenaza ahora con regularizar todas las liquidaciones fiscales que se puedan haber alterado, tanto en IVA, como en IRPF y en sociedades, aunque también perseguirá a quienes hayan usado sus empresas para camuflar la titularidad de bienes de uso personal. Una liposucción patrimonial en toda regla.