El desplome de la compraventa de inmuebles en agosto anticipa el enfriamiento del sector

Sara Cabrero
Redactora de Economía

Los expertos empiezan a preocuparse. Los avisos se repiten desde diferentes sectores. La economía camina -sin aparente remedio- hacia una fase de desaceleración. Y el ladrillo tampoco escapa al frenazo. De hecho, todo apunta a que será de los primeros en notar sus efectos.

Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) lo atestiguan. La compraventa de viviendas se desplomó en agosto un 21,1 %, convirtiéndose así en la mayor caída registrada desde febrero del 2014. No es el único récord que consigue batir. Porque también es la cifra más baja en España en un mes de agosto desde el 2015. Ninguna comunidad escapó del descenso, aunque Galicia fue la que mejor capeó el temporal. La comunidad registró un total de 1.269 compraventas, lo que supuso un retroceso del 8,6 % respecto al mismo mes del año anterior. A pesar del mal dato, el gallego se convierte en el menor descenso del conjunto de España. Al otro lado de la balanza se sitúan Extremadura y Canarias, que registraron recortes por encima del 40 %. Es más, a excepción de la gallega, ninguna de las comunidades se libra de una caída de doble dígito.

Los portales inmobiliarios ya miran temerosos a un futuro 2020 que dibujan todavía «menos alentador». Y ponen sobre la mesa tres razones para explicar la situación actual: la Ley Hipotecaria, la incertidumbre política y la desaceleración económica. Es el argumentario que defiende el jefe de estudios de Idealista, Fernando Encinar, quien asegura que la «importante caída» refleja el impacto sobre las operaciones de la entrada en vigor de la Ley Hipotecaria que «paralizó la concesión de financiación desde mediados de junio». Encinar ve «probable» que los datos de los próximos dos meses se sigan viendo afectados por esta medida. En la misma línea se mueve la directora de Estudios de Fotocasa, Beatriz Toribio, que considera que el efecto de la nueva normativa, unido a la desaceleración del contexto macroeconómico, hará que en los próximos meses se sigan registrando datos negativo. Toribio no quiere teñir el futuro completamente de negro y abre una pequeña puerta de esperanza: «Aunque el mercado se está desacelerando, todo apunta a que el 2019 cerrará en niveles de actividad muy similares a los del 2018 y se confirmará la normalización del mercado».

Las cifras hablan por sí solas. El sector inmobiliario está entrando en una fase de estancamiento y los datos apuntan a que el inicio del próximo año podría presentar números teñidos aún más de rojo. El comportamiento del mercado de la vivienda en Galicia se espera también negativo, según los datos que maneja la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Tal y como explica su presidente, Benito Iglesias, las previsiones señalan que se experimentará una reducción en el número de transacciones inmobiliarias para el primer semestre del 2020. Y hay más. Porque, de forma paralela, también se producirá una notable reducción de las licencias de obra nueva y de las rehabilitaciones de vivienda: «Todo ello es debido a un enfriamiento de la economía, desconfianza e incertidumbre política y legislativa, sumado a una pérdida de la capacidad de consumo e inversión de los ciudadanos en general en un contexto de recesión».

Precios

A la baja. Las primeras consecuencias de la caída en la compraventa de viviendas se dejarán notar en el bolsillo. Habrá menos vivienda, pero la que salga al mercado será más barata. Tal y como explican los informes de Fegein, tanto los precios de vivienda usada como nueva se corregirán a la baja: «Se producirá una reducción del precio medio de entre un 4 y un 5 % que será más acusado en los inmuebles usados y más reducido en la vivienda nueva habitual, porque el stock de estas últimas en las siete grandes áreas de Galicia está en mínimos», asegura Iglesias.

Compraventas

Unas 800 menos. O lo que es lo mismo, habrá un 10 % menos de compraventas. Esa es la cantidad que manejan los expertos de la patronal inmobiliaria gallega. Si en el primer semestre del 2019 se produjeron 8.985 operaciones en Galicia, sus cálculos apuntan a que, durante el mismo período del 2020, la cifra a duras penas llegue hasta las 8.100.

Por provincias

Ourense y Lugo, las más perjudicadas. Y no todas las provincias gallegas sentirán el efecto de la desaceleración de la misma manera. Porque la mayor parte de la bajada porcentual del número de compraventa la sufrirá, en primer lugar, la provincia de Ourense, seguida de Lugo y A Coruña. Por ciudades, las que se llevarán la peor parte serán Ferrol y Ourense. La nota positiva la pondrá la ciudad olívica. Vigo será el único ayuntamiento de los 313 de la comunidad que ofrezca a sus habitantes nuevas promociones de vivienda recién construida. Mientras que, en 280 municipios la actividad inmobiliaria será residual.

Alquiler

Estabilizado. Los precios del alquiler no sufrirán la misma tendencia bajista que los de la compraventa. Pero tampoco seguirán experimentando el alza al que nos tenían acostumbrados. Aseguran desde Fegein que esta partida se estabilizará durante el primer semestre del 2020. Eso sí, la escasez de inmuebles afectará de manera especial a este mercado, puesto que la oferta se reducirá y lo hará sobre todo en las áreas urbanas de las siete principales ciudades de Galicia. «Con los últimos datos del sector inmobiliario gallego, vemos cómo solo hay 3.500 viviendas en alquiler en las cuatro provincias gallegas. Lo cual significa una reducción de más de un 60 % en la comparativa desde del 2017», explica Benito Iglesias, quien además añade: «El piso bien ubicado, con un precio decente y con unas condiciones normales ya ni se anuncia para su alquiler, es que directamente tiene lista de espera. Estos inmuebles no entran al circuito de comercialización». Según explica el presidente de Fegein, los alquileres son inasumibles cada vez más para un segmento más amplio de la población, un problema que se agrava entre los jóvenes de menos de 35 años y las familias con ingresos inferiores a los 18.000 euros.

Vivienda nueva

En mínimos. No resultará precisamente fácil encontrar una vivienda nueva. Los números que maneja la patronal apuntan a que se ha reducido a mínimos el stock de vivienda nueva en el conjunto de las cuatro provincias gallegas. Tal y como desglosan, a cierre del 2018, y con los datos del Ministerio de Fomento, en Galicia había 21.870 inmuebles de los que A Coruña tendría 9.392, Lugo 2.031, Ourense 2.825 y Pontevedra 7.622. «Es decir, estamos en mínimos históricos de vivienda nueva en stock, con los datos adelantados de Fegein podemos decir que a cierre del 2019 Galicia bajará de las 20.000 viviendas, de las cuales solo un 60 % serán vivienda habitual y un 40 % son residencial de segunda vivienda, principalmente en la costa».