La Xunta exige que toda su electricidad sea 100 % renovable

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

Ana Garcia

El último contrato de suministro aprobado por la Consellería de Industria excluye el carbón como fuente primaria de energía

04 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Conjugar los objetivos medioambientales de reducción de emisiones a la atmósfera con la defensa de la continuidad de la central térmica de As Pontes, que utiliza carbón para producir electricidad, está resultando cuando menos complicado estos días para los responsables políticos gallegos. Porque la elaboración de un discurso en el que abogue sin ambages por la operatividad de la mayor planta de carbón del país choca en ocasiones frontalmente con las medidas que se han ido tomando en los últimos años para el desarrollo de las bautizadas como energías verdes.

Galicia, que hace décadas fue la primera comunidad del país por sus planes eólicos, ha recuperado pulso en este sector, con nuevos recintos en ejecución y en estudio para los próximos años. Así, a los 160 parques eólicos en funcionamiento se sumarán otros 18 más, actualmente en fase de construcción. Este impulso a la producción de electricidad con energías verdes forma parte de los objetivos lanzados por la Unión Europea y el Gobierno español en el camino de la descarbonización.

En este escenario se ha basado la Consellería de Economía para diseñar el último concurso de suministro de electricidad para todos los centros de la Xunta, una licitación que establece que, «seguindo as directrices europeas, para fomentar o emprego de enerxías limpas esixirase que a procedencia das fontes de enerxía sexan nun 100 % na súa orixe renovables e de coxeración de alta eficiencia». O lo que es lo mismo, los 1.790 centros públicos pertenecientes a la red autonómica que recibirán electricidad con ese nuevo contrato no podrán alimentarse con carbón, la materia prima que hace funcionar la térmica pontesa.

Es un concurso, por dos años, valorado en 82,6 millones de euros en cada ejercicio, y que prevé un consumo de 264, gigavatios a la hora y por cada año.

«O reto que se marca o Goberno galego, ademais da redución na factura enerxética, é concienciar na necesidade de xuntar esforzos para diminuír as emisións de gases de efecto invernadoiro ao ambiente e na loita contra o cambio climático», recoge el acuerdo del Consello en el que se dio luz verde a la licitación, el pasado julio.

La Consellería de Economía explica que también cuenta con otros contratos de suministro con gas y gasoil de alto rendimiento para sus instalaciones y, pese a reiterar su apuesta por las energías limpias, insiste en defender que el abandono del carbón como fuente generadora de electricidad se haga de forma planificada y a medio plazo. De hecho, en este mismo sentido se pronuncia casi a diario el conselleiro de Industria, Francisco Conde, quien insiste en que en otros países europeos como Alemania, el abandono del carbón como fuente generadora de electricidad y la transición energética en su conjunto está siendo planificada. Y ese es también el espíritu de la Estrategia de Cambio Climático y Energía 2050, la hoja de ruta aprobada ayer por el Ejecutivo de Feijoo para conseguir una «Galicia aun más verde» pero realizada desde el «consenso», con propuestas medidas en términos de consecuencias sociales, laborales, medioambientales y económicas.