El fondo solo permanecería en el astillero hasta acabar los cruceros de Ritz Carlton

m. sío dopeso
Redactora

No es una operación de rescate del astillero. Es cuestión de salvar los muebles y de no perder más dinero. Con ese objetivo, el fondo estadounidense Oaktree ha aceptado sentarse a negociar con Pemex la compra del 100 % de Hijos de J. Barreras.

Así lo comunicaron ayer fuentes directamente informadas de las conversaciones a directivos y mandos intermedios del astillero, una vez desalojados de sus cargos el presidente, el director general y el director financiero.

Oaktree no tiene intención de permanencia. El fondo es accionista de la naviera The Ritz Carlton Yatch Collection, la división de cruceros del gigante de los hoteles, y la adquisición del astillero sería la solución más viable a día de hoy para garantizarse la conclusión del buque que está en obras en Barreras.

La compra del 100 % de las acciones (el 51 % de Pemex y el 49 % restante que se reparten a partes iguales el grupo de José García Costas y la naviera Albacora) tendría un coste simbólico que, dadas las circunstancias, no parece importar a la petrolera mexicana, que quiere desprenderse del negocio; ni a Costas, que la semana pasada ofreció su 25 % a The Ritz Carlton al precio de un euro.

Inversión y avales

Pero la operación requerirá una importante inversión, de al menos 150 millones de euros, para compensar el desfase presupuestario del crucero (de más de 100 millones sobre los 240 del contrato), y el pago de equipos y proveedores, a los que Barreras adeuda alrededor de 20 millones de euros.

El fondo de inversión, a través de The Ritz Carlton, estaría pidiendo el apoyo de la Xunta en forma de avales o garantías para materializar la compra del astillero, del que el fondo estadounidense se desprendería una vez finalizado el buque.

Fuentes próximas a Barreras aseguran que si esta vía de solución que se abre fructifica, y la obra del primer crucero se encauza, no es descabellado pensar que The Ritz Carlton cumpliera su contrato y construyera en Vigo también la segunda unidad y, tal vez la tercera. «Cualquier otra alternativa tendría un coste mayor para el armador, y con una gestión profesionalizada, esto puede salir adelante», declaran estas fuentes.

La Xunta medirá su implicación en función del plan que presenten los estadounidenses

La Xunta apuesta por la prudencia y condiciona su implicación en la crisis de Hijos de J. Barreras a la información que The Ritz Carlton le traslade en una reunión que todavía no tiene fecha, entre representantes del Igape, de Pymar y del propio armador americano. Así lo trasladó ayer el vicepresidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, en Vigo.

Rueda reconoció que hay «preocupación» en el Ejecutivo autónomo por la delicada situación del astillero (a pesar de sumar una cartera de pedidos de 900 millones de euros) y por lo que supone en términos de empleos directos e indirectos en la industria auxiliar.

El vicepresidente de la Xunta aseguró que el Gobierno gallego está dispuesto a «ayudar» en buscar una «solución que sea viable y garantice el futuro».

«Veremos la implicación de la Xunta, que no va a apoyar otra cosa que no sea una solución solvente, que garantice la viabilidad y que tenga en cuenta que la Xunta maneja recursos públicos», puntualizó.

«Es el armador [Ritz Carlton] quien tiene que dar la información, para eso se convoca la reunión. La Xunta escuchará y, en función de lo que escuche, tomará sus determinaciones, siempre con respeto a las operaciones que se hagan a nivel privado», añadió.

Una gestión deficiente

En la misma línea, el conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, manifestó que el Gobierno gallego ve «con preocupación» la situación de Barreras, «sobrevenida por un conflicto accionarial» y por una gestión «aparentemente deficiente» en la construcción de unos buques, en la que se han detectado «posibles desviaciones del presupuesto previsto».

El conselleiro insistió en que la Xunta «va a recopilar toda la información» y ofrecerá su colaboración a Barreras y al armador para poder finalizar los encargos en cartera, «y que haya el menor impacto posible sobre el astillero y sobre la industria auxiliar». Conde ofreció la colaboración del Gobierno autónomo para «trabajar conjuntamente» en una solución que garantice el futuro de la empresa y los empleos.

Hay que recordar que la crisis de Barreras afecta ya a 30 empresas auxiliares, a las que debe dinero. Una de ellas, Azzeros Morrazo, ha entrado en quiebra como consecuencia de los impagos del estillero.