PSA Vigo se lanza a la fabricación masiva de coches eléctricos para evitar sanciones

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

PSA

El grupo cifra en 300 millones las multas a las que se expone con la norma que obliga a rebajar emisiones a partir del 2020

26 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro inmediato de los fabricantes de coches con plantas en Europa será eléctrico o no será.

Producir vehículos que no sean de combustión (gasoil o gasolina) es la única manera que tienen los constructores de cumplir los duros límites de emisiones de CO2 que exige la normativa comunitaria que entrará en vigor en enero del 2020.

El grupo PSA, que tiene en Galicia su mayor centro europeo de producción, ha echado cuentas y le sale que, el año que viene, de todos los coches que venda, entre un 7 y 9 % tendrán que ser eléctricos.

Con las cifras del 2018 en la mano, y un volumen de casi 4 millones de vehículos vendidos, el grupo francés está obligado a colocar en el mercado alrededor de 300.000 unidades eléctricas. Y todo apunta a que lo hará, porque todas las fábricas de la multinacional, con PSA Vigo al frente, están inmersas en la electrificación de todas sus gamas.

Ayer, el grupo presentó el nuevo Peugeot e-2008, que ya está en fase de preproducción en Vigo para su venta en serie a partir del año que viene.

«PSA tiene una línea estratégica de reducción de emisiones de CO2» explicaron fuentes de la multinacional. La compañía que preside Carlos Tavares afirma que detrás hay un «compromiso ético», pero también la firme decisión de no tener que pagar ni un solo euro de sanciones.

Electrificarse o morir

La normativa obligará a cada vehículo de segmentos medios (B y C, que son los que mayoritariamente se producen en Vigo), a no superar los 93 gramos de CO2 por kilómetro (147 gramos para las furgonetas).

En el caso de que PSA «se pase un solo gramo» de ese límite, la sanción estimada es de 300 millones de euros, y «no estamos dispuestos a llegar a ese punto, por lo que vamos a cumplir escrupulosamente la normativa», asegura la compañía.

Para ello, según las estimaciones del grupo, PSA deberá producir y vender un coche eléctrico por cada cuatro vehículos de combustión el año que viene.

Vigo es una de las factorías mejor posicionadas para afrontar el nuevo escenario. En 1995, La planta fue pionera en la producción de versiones eléctricas de las furgonetas Berlingo y Partner (con la tecnología de entonces) en 1995.

Ahora, además del nuevo modelo, Peugeot e-2008, la planta tiene en marcha los proyectos de electrificación de las furgonetas Peugeot Rifter, Citroën Berlingo y Opel Combo. El taller de baterías instalado en la fábrica surtirá los equipos necesarios para estos modelos, y para el Opel Corsa que se fabrica en la planta de Zaragoza; pero también proveerá de equipos eléctricos a modelos de otras plantas del grupo.

«PSA está preparada, tiene una estrategia de electrificación», apuntan desde la factoría viguesa, aunque advierten que «es imprescindible que las Administraciones, que fuerzan a la transición energética, desplieguen sistemas de recarga y hagan los coches eléctricos más atractivos, con incentivos para los compradores».

De hecho, la expansión del vehículo eléctrico se encuentra con la gran dificultad que supone su alto precio, debido a que las baterías suponen un 60 % del valor del vehículo.

Michelin y Continental

No cabe duda de que la industria del automóvil está en pleno cambio, su futuro es incierto. Y prueba de ello es la caída del mercado, que ya empieza a pasar factura a la industria. El fabricante francés de neumáticos Michelin anunció ayer que cerrará progresivamente su planta de Hallstadt (Alemania), en la que trabajan unas 860 personas. Mientras que Continental, especializada también en neumáticos y componentes automovilísticos quiere recortar empleos y reducir costes en un plan de diez años, que podría afectar a 15.000 empleados en todo el mundo hasta finales del 2023, para afrontar la actual crisis en el sector.