La cúpula de Nueva Pescanova tendrá que testificar en el juicio por la quiebra del 2013

Manoli Sío Dopeso
M. SÍO DOPESO VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

Robatto y González declararán a petición de Fernández de Sousa

17 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de Nueva Pescanova, Jacobo González Robatto, y el consejero delegado del grupo, Ignacio González, serán llamados a testificar en el juicio por la quiebra de la vieja Pescanova, en el año 2013.

La vista arrancará el 2 de diciembre a las diez de la mañana, en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, en donde se celebran las macrocausas y, además de los dos máximos responsables de sacar adelanta a la compañía pesquera, refundada como Nueva Pescanova; la sala llamará a prestar declaración a Antonio Basagoiti, que sucedió a Fernández de Sousa en la presidencia tras la quiebra; José Carceller Arce, presidente del grupo Damm y accionista de referencia en el 2013; o Senén Touza Touriño, que fue el administrador concursal. Así lo prevé el auto de admisión de pruebas dictado por la sala, en respuesta al escrito de la defensa, entregado al juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, en el que se pedía la citación de los testigos mencionados.

Constarán como pruebas a presentar antes de la celebración del juicio los documentos de fundación de la nueva sociedad, así como sus últimas cuentas anuales.

Basagoiti, Carceller Arce y Senén Touza también deberán prestar declaración ante el juez Y todo porque, según sostiene el escrito de defensa, el comportamiento del principal investigado, sobre el que pesa una petición de condena de 31 años de prisión, «no es constitutivo de delito alguno». Para justificar la declaración de inocencia se vale de los buenos resultados que a día de hoy muestra la compañía que él abandonó en septiembre del 2013, con el grupo pesquero sumido en un complejo proceso concursal del que salió casi dos años más tarde, refundado como Nueva Pescanova, con los grandes bancos acreedores convertidos en dueños mayoritarios.

El negocio puesto en marcha en 1960 continúa en pie, y ese es el argumento al que se aferra Sousa, expresidente de Pescanova, para pedir su libre absolución como responsable de la insolvencia de la empresa declarada en quiebra en el 2003 con una deuda de 3.600 millones de euros.

El auto de apertura de juicio oral del 11 de junio del 2018 concluyó que Pescanova quebró por una financiación irregular planificada de forma consciente. Según el juez, los administradores, bajo el control último de De Sousa, falsearon la situación contable al menos desde el 2009 al 2011.

La defensa del expresidente del grupo pesquero alega al respecto que Pescanova fue víctima de un proceso piramidal insostenible alimentado por los bancos, a los que responsabilizan del endeudamiento del grupo. Niega la práctica de una financiación irregular y arremete contra las entidades financieras por haberse beneficiado de esta situación.

Los veinte acusados por la quiebra de Pescanova, además de más de medio centenar de testigos, declararán ante el juez desde el 2 al 19 de diciembre. El proceso se suspenderá por las vacaciones de Navidad hasta el 10 de enero, en que arrancarán de nuevo las comparecencias de forma ininterrumpidas hasta el 26 de marzo.