El parón de la térmica de Endesa hará perder el 20 % de los tráficos del Puerto de Ferrol

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

JOSÉ PARDO

Los camioneros avisan de que recrudecerán sus protestas después de cuatro meses de parálisis y pérdidas de ocho millones

18 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La onda expansiva de la paralización de la actividad de la central térmica de Endesa -desde hace ya cuatro meses- amplía cada vez más su radio de actuación. Llega a la propia eléctrica, que mantiene prácticamente apagada una de sus joyas de la corona -la mayor planta térmica del país- como consecuencia del encarecimiento del coste de los derechos de emisión que han de pagar las instalaciones que liberan CO2 a la atmósfera.

Ese sobrecoste ha redundado en una pérdida de competitividad de la central y su expulsión del sistema de generación, frente a tecnologías que producen más barato. Además de hacer mella en la cuenta de resultados de Endesa, el parón está ahogando a los 150 transportistas que hasta el momento se encargaban de trasladar el mineral que llegaba en barcos a las instalaciones de la terminal descargadora del puerto exterior hasta la villa minera. Pero además, le mete un tijeretazo al balance de tráficos de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao.

Si la situación no cambia -y por el momento no hay indicios de que vaya a modificarse a corto ni a medio plazo- el organismo marítimo que dirige José Manuel Vilariño perderá al cierre del presente año alrededor de tres millones de toneladas de carbón. La terminal que tiene Endesa en Caneliñas está a rebosar de este mineral, acumulado debido a que no se le da salida. En el primer semestre del año se descargaron en estas instalaciones 1.991.771 toneladas de carbón, frente a las 2.019.742 que fueron depositadas en el mismo período del año anterior. Apenas 100.000 toneladas de diferencia, porque los barcos llegaron durante los primeros meses del año, como también lo hizo por sorpresa el parón. Nadie contaba con que el proceso de descarbonización energética -el total, previsto para el año 2050- llegase de repente y de una forma tan brutal.

Pero el verdadero bajón se producirá en el segundo semestre, coincidiendo con la paralización de este tráfico. Durante todo el 2018 se desestibaron en el puerto exterior ferrolano 4,7 millones de toneladas de carbón. Todo apunta a que este año la cifra no se moverá de las 1,9. El puerto, que en el 2018 logró unos tráficos de 13,6 millones de toneladas, finalizará el ejercicio con 11 millones. Perderá de un plumazo el 20 % de su movimiento. «En el acumulado del primer semestre del año (el dato consolidado más reciente) todavía no se refleja una bajada pronunciada en el tráfico de carbón. Pero todo indica que si el volumen de actividad de la central térmica de As Pontes se mantiene como en estos últimos meses, de aquí a que concluya el ejercicio, es previsible que tenga un impacto destacado. De todos modos, este descenso no solo afecta a la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao, sino que es fruto de la notable aceleración que ha sufrido el proceso de transición energética a nivel nacional», señalan fuentes de la entidad. Sus responsables, no obstante, inciden en que, ante ese escenario, el organismo marítimo «ya realizó en los últimos años un intenso trabajo de búsqueda de la diversificación del tráfico, que se ha visto reflejado, por ejemplo, en la puesta en servicio en el 2018 de la terminal de contenedores».  

Encierros de los camioneros

Pero mientras la terminal sigue paralizada, los transportistas padecen una brutal caída de ingresos. Manuel Bouza, portavoz de los camioneros, sostiene que en estos cuatro meses de parón han dejado de ingresar ocho millones de euros. Y en este sentido, advierte de que esa pérdida económica repercute en la economía de Ferrolterra y Lugo. Este lunes los transportistas celebrarán una asamblea para decidir nuevas movilizaciones, después de haber ido en caravana a Madrid el pasado julio. Avisan de que recrudecerán las protestas y que previsiblemente acordarán llevar a cabo un encierro en el Concello pontés y en otros municipios de la comarca. Además, también quieren unir esfuerzos con otros trabajadores afectados por el proceso de transición ecológica, así como participar en los encuentros previstos con la empresa y las administraciones central y europea para abordar este problema.

También los trabajadores de las compañías auxiliares de Endesa -alrededor de 250- secundarán el próximo miércoles, día 21, una movilización, ya que temen por la continuidad de sus puestos. Se ocupan del mantenimiento de la central pero, sin estar operativa, esas tareas irán decayendo.