La oferta de pisos en alquiler en Galicia se redujo a la mitad en solo dos años

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRIGUEZ

Los precios, que han subido hasta un 20 %, seguirán al alza, advierten las inmobiliarias

17 ago 2019 . Actualizado a las 12:11 h.

Las inmobiliarias gallegas disponen actualmente de 3.930 viviendas para alquilar. Así, a simple vista, pueden parecer muchas, pero si se pone en contexto la cifra, y se compara con la de agosto del 2017, cuando el stock de casas en arrendamiento superaba las 7.000, se concluye que la oferta ha caído casi a la mitad en apenas dos años.

Así lo apunta el último informe sobre el mercado de la vivienda en la comunidad, publicado ayer por la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, que revela que la reducción de la bolsa de pisos en alquiler es especialmente acusada en las grandes ciudades, sobre todo en A Coruña, Vigo, Santiago y Lugo. En ellas se concentra la tormenta perfecta: a la demanda de pisos para arrendamiento residencial (acrecentada desde hace unos años por un contexto de mayor inestabilidad laboral y salarios más bajos) se une la presión de los universitarios y, sobre todo, la del mercado turístico, que ha hecho que muchos propietarios prefieran derivar sus pisos al alquiler vacacional, que puede ofrecer mayor rentabilidad.

Siguiendo la regla clásica de la economía, mayor demanda y menos oferta provocan, lógicamente, que los precios se disparen. En estas grandes urbes la subida llegar a superar el 20 % en apenas cinco años, según los datos que facilita el Observatorio da Vivenda de Galicia. Tomando como referencia las fianzas de los alquileres firmados desde el 2014, el portal estadístico del Instituto Galego da Vivenda e Solo concluye que A Coruña no es solo la ciudad donde más cuesta alquilar un piso (491,2 euros mensuales de media, apenas cuatro más que en Vigo), sino también donde más ha aumentado el precio: un 22 % en estos últimos cinco años. Le sigue Lugo, con un alza del 17,5 % que deja la renta media en 364 euros al mes, por debajo de los 413 del conjunto de Galicia, un listón que tampoco se alcanza en Ourense y Ferrol. Santiago es, pese a todos los factores en contra (poca oferta de pisos y mucha presión del mercado vacacional), la ciudad donde menos han subido los alquileres en el último lustro, un 12,8 %, medio punto menos que en el promedio de la comunidad, claro que también partía de un punto más elevado que otras localidades.

En un mercado tan atomizado como el de la vivienda, donde cada municipio es un mundo, pero incluso dentro de este el comportamiento no es homogéneo, la estadística del Observatorio da Vivenda permite también poner la lupa sobre la evolución de los precios en los diferentes barrios de una ciudad. Y aunque desde el fin de la crisis es en A Coruña donde más se han encarecido los alquileres (y donde más contratos se firman), del análisis del último año se desprende que las mayores subidas se han registrado en ciertos distritos de Vigo, como Coruxo o Beade, donde los incrementos superan el 20 % en doce meses, alzas solo comprables a las del centro de Ourense (en las calles Paseo y Santo Domingo) y por encima del 17 % del centro de A Coruña (en la zona de la plaza de España y Ciudad Vieja).

Vienen más subidas

Para el presidente de Fegein, Benito Iglesias, la reducción de la oferta de pisos en alquiler anticipa «un calentamiento de los precios en el último cuatrimestre del año, debido a una creciente movilidad laboral, inestabilidad política, errática planificación del parque de viviendas públicas y nula previsión por parte de las Administraciones de una demanda de vivienda el alquiler en las grandes ciudades y sus áreas de influencia que es donde se concentra prácticamente el 80 % de la población en Galicia».

El reto, movilizar el parque de casas vacías, que supera el 30 % en algunas comarcas

Frente al estrangulamiento del mercado gallego del alquiler, el de la compraventa «no presenta tensiones significativas en los precios, al ser la oferta equilibrada con la demanda actual», explica Iglesias. En la comunidad existen ahora más de 42.700 casas a la venta, una cifra más que suficiente para las necesidades actuales y solo en el caso de la vivienda nueva (cuyo stock está en mínimos históricos) hay una cierta carestía en A Coruña y Vigo, donde el mercado sí demanda la construcción de pisos a estrenar.

En ese contexto, desde Fegein defienden que una de las soluciones para desinflar la creciente burbuja del alquiler pasa por movilizar hacia ese mercado una parte de la enorme bolsa de viviendas vacías en la comunidad, que roza las 300.000. Aunque reconocen que no todas ellas tendrían salida en el mercado (principalmente por su deficiente estado de conservación o por la ubicación en localidades sin gran presión inmobiliaria), sí que habría una parte, sobre todo las de las zonas urbanas, contribuirían a aliviar los precios.

Del análisis por comarcas que hace en su estudio la patronal de las inmobiliarias gallegas, se desprende que la de Ortegal es la que tiene una mayor proporción de inmuebles desocupados, más del 30 %, una cifra que contrasta con la del área metropolitana de Vigo, donde apenas supera el 13 %, la más baja de la comunidad.