Barreras retrasa la entrega del crucero de Ritz Carlton y le pide 50 millones más
ECONOMÍA
El astillero comunica el incumplimiento del contrato y se expone a penalizaciones millonarias
15 ago 2019 . Actualizado a las 21:26 h.Fort Lauderdale (Florida, EE. UU.), a las 21 horas del 5 de febrero del 2020. Es la fecha marcada por The Ritz Carlton Yatcht Collection para la salida de la ruta inaugural de su nueva división de cruceros. La web de la compañía estadounidense mantenía aún ayer el calendario, a pesar de saber ya oficialmente que el buque que encargó en Hijos de J. Barreras para cubrir la línea marítima no estará terminado a tiempo para el estreno.
El astillero vigués comunicó este martes al consejero delegado de la compañía estadounidense, Douglas Prothero, el incumplimiento del contrato, en el que se comprometía a entregar el barco en noviembre del 2019 (fecha aplazada recientemente al 5 de diciembre), con un coste de construcción de 240 millones de euros.
Prothero, que llegó a Vigo acompañado de altos cargos de la compañía, mantuvo una tensa reunión con responsables de Barreras, que pusieron sobre la mesa las nuevas condiciones necesarias para garantizar la ejecución del proyecto, según fuentes conocedoras de la conversación.
El astillero expuso un sobrecoste de la obra de 50 millones de euros, lo que situaría en los 290 millones el precio final del barco para The Ritz Carlton, que adjudicó la obra a Barreras por ser la más competitiva en costes.
Además, la empresa que preside José García Costas, que no habría estado presente en la reunión, planteó la necesidad de aplazar la entrega del buque seis meses a partir de la última fecha de referencia (5 de diciembre), lo que sitúa la finalización efectiva en el 5 de mayo del 2020.
Penalización millonaria
Fuentes de la máxima solvencia próximas a The Ritz Carlton explican que esta demora conllevará una severa penalización para el astillero, estimada en 25 millones de euros, en caso de que el buque esté listo en la fecha que ahora estima la firma viguesa. Aclaran que la información trasladada a Prothero el martes será ahora analizada por el consejo de administración de la compañía, controlada por el fondo Oaktree Capital Management, con sede en Los Ángeles.
Estas fuentes aseguran que el planteamiento de Barreras pasa por negociar el incumplimiento de contrato, para evitar que The Ritz Carlton ejerza su derecho de penalizar al astillero.
«La situación es extremadamente delicada», afirman fuentes de la industria auxiliar, en vilo por el pago a cuentagotas de los trabajos en el buque. Recuerdan que lo que está en juego, además de todo el buen nombre de la industria naval gallega, no solo es el contrato de este primer buque. «Hay un segundo crucero firmado y esta situación no sabemos qué consecuencias puede tener, ni cómo va a reaccionar The Ritz Carlton», afirman.
¿Cómo justifica Barreras el incumplimiento de contrato? ¿Qué ha provocado el sobrecoste y la demora en la entrega? Fuentes cercanas al astillero aseguran que las condiciones han ido variando desde que el 11 de enero del 2018 se puso la quilla del barco. Hablan de desajustes en el presupuesto inicial y de descoordinación en el proceso de construcción. Aclaran, asimismo, que las deudas de la naviera noruega Havila con Barreras no han afectado a este proyecto, cuya armadora, The Ritz Carlton ha cumplido todos los pagos y no debe un euro al astillero vigués.
La ampliación de capital y la salida de Pemex irán a la junta de accionistas de septiembre
La tormenta perfecta en la que está envuelto Barreras podría amainar de golpe con una ampliación de capital de no menos de 50 millones de euros. El objetivo es ambicioso, y difícil, pero necesario para afrontar con garantías los proyectos en curso y su propia viabilidad. Así lo aseguran fuentes internas en conversaciones con la industria auxiliar que, de forma indirecta, también empieza a acusar la pérdida de pulmón financiero del astillero, a pesar de contar este con la mejor cartera de pedidos de su historia (valorada en 900 millones por su presidente, José García Costas).
Esta situación inédita, desencadenada por el impago de la naviera noruega Havila, que tiene paralizados dos cruceros, y agravada por el incumplimiento de contrato comunicado a The Ritz Carlton, tiene además un tercer agravante: la intervención financiera del astillero por parte de Pemex, su principal accionista (el 51 % del capital). «A la petrolera no le interesa tanto ayudar al astillero como buscar argumentos acusatorios contra los directivos de Pemex que participaron en la compra de los floteles: Roa, Carrera Panizzo, Lozoya», aseguran estas fuentes.
La firma mexicana mantiene su plan de salir del astillero, por eso su participación en la ampliación de capital que necesita Barreras se da por descartada. La junta general de accionistas convocada para la última semana de septiembre será clave para saber qué papel está dispuesto a jugar Pemex en Barreras y conocer las alternativas de inversión, si las hay.