La contratación indefinida frena con fuerza tras encadenar 60 meses en positivo

l. p. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

La oficina principal del antiguo Inem en la comarca está en la avenida de Vigo.
La oficina principal del antiguo Inem en la comarca está en la avenida de Vigo.

Retrocedió un 5,4 % en la primera mitad del año

29 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los tanto los datos de junio de afiliación y paro como los del segundo trimestre de la encuesta de población activa (EPA) constatan cierta ralentización en el empleo. Hay un indicador que ya con anterioridad hacía presagiar ese enfriamiento: la contratación. En el primer semestre se firmaron cerca de 11 millones de contratos, lo que supone un avance del 1,4 %, muy lejos del 3,7% que crecieron en el conjunto del 2018. Este menor incremento se explica por el «desplome de los contratos indefinidos», señalan desde el servicio de estudios de la consultora laboral Randstad. Si en el 2018 avanzaron a un ritmo interanual superior al 18 %, entre enero y junio retrocedieron un 5,4 %. La contratación temporal mantuvo hasta mayo un ritmo ascendente (del 3,2 % de media), aunque ya en junio también descendió un 1,5 %. En cambio, ya desde febrero se viene detectando el frenazo en la contratación indefinida, que mes a mes se ha ido agudizando hasta caer casi un 10 % en junio. Se trata de un cambio de tendencia radical, después de la evolución tan positiva que experimentaba tras el mal momento que atravesó durante la crisis. Hasta el punto de que desde enero del 2014, con el inicio de la recuperación, no había protagonizado ninguna caída, y encadenaba 60 meses consecutivos en positivo, incluso muchos con alzas de dos dígitos.

 Subida del SMI

Desde el Ejecutivo tratan de quitar hierro a este descenso. «No siempre tener más contratos es un buen dato, ya que puede indicar una excesiva rotación de la población activa», justificó la secretaria de Estado de Empleo en funciones. Un factor que ha podido influir es la subida del 22,3 % que ha experimentado este año el salario mínimo, que se ha situado en los 900 euros al mes (repartidos en 14 pagas). «En determinadas profesionales y sectores caracterizados por una reducida productividad y salarios bajos, la importante subida del SMI ha podido afectar negativamente a la creación de empleo y la contratación. De hecho, la contratación indefinida ha sido mucho más negativa en aquellas provincias donde los salarios resultan más bajos», afirman desde Randstad.