La Administración roza máximos de temporalidad en el empleo y supera la de las empresas

Pese a las advertencias desde diferentes organismos internacionales, como la Comisión Europea o la OCDE, y a las medidas implantadas por el Gobierno para luchar contra la precariedad laboral, la temporalidad sigue creciendo. Pero, paradójicamente, solo en la Administración Pública. Ya no se cumple esa máxima de que trabajar para el Estado es un seguro de vida, sino que son muchos, demasiados, más que nunca, los que no saben si mañana seguirán teniendo puesto.

Casi 863.000 -según los datos del primer trimestre del año de la última EPA- aguardan con cierta esperanza una sentencia desde el Tribunal Europeo que, de ser favorable, los puede convertir en funcionarios de carrera. Se trata de una cifra histórica, que nunca se había alcanzado, y lleva a su vez la tasa de temporalidad también a máximos: un 26,8 % de los más de 3,2 millones de empleados públicos son eventuales, un nivel que solo se superó en el 2006, cuando se llegó a sobrepasar el 27%, y que supera ya a la que hay en la empresa privada (25,6 %), algo que solo había ocurrido otra vez en el 2009.

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