Los gallegos no se plantean llegar a centenarios, y empiezan tarde a ahorrar para la jubilación

G. Lemos REDACCIÓN

ECONOMÍA

Ministerio de Trabajo

Solo uno de cada cuatro han calculado qué pensión tendrán cuando se retiren

23 jul 2019 . Actualizado a las 13:16 h.

¿Estamos preparados para vivir cien o más años? Biológicamente, todo apunta a que lo que hoy son casos excepcionales serán cada vez más habituales, por la mayor longevidad que favorecen los avances de la medicina y la mejora de las condiciones de vida. Sin embargo, un estudio del Observatorio de Pensiones de Caser apunta que solo uno de cada cuatro gallegos (un 27 %, frente al 28 % del conjunto de España) se han planteado la posibilidad de llegar a centenarios. Con todas las consecuencias financieras que eso tiene.

Porque con la edad de jubilación prevista actualmente por ley (que llegará a los 67 años en el 2027), eso implicaría pasar un tercio de la vida (al menos 33 años) jubilados, aumentando la carga sobre un sistema, el de las pensiones, que lleva años con un déficit milmillonario. Algo que, a tenor de los resultados de la encuesta, no le quita el sueño a los gallegos.

Y es que solo uno de cada cuatro se ha tomado la molestia de entrar en algún simulador o consultar con un asesor qué pensión podría quedarle tras el retiro. La proporción, eso sí, es superior a la que se da en el resto de España, donde apenas el 16 % de los consultados han hecho ese trámite, imprescindible para poder acudir, si es necesario, a instrumentos que permitan complementar la prestación pública si esta se considera insuficiente para la vida que se quiere llevar tras el retiro.

Las expectativas son altas, especialmente en el capítulo del ocio: la práctica totalidad de los encuestados dan por hecho de que, jubilados, no solo mantendrán su estilo de vida actual, sino que lo mejorarán, aumentando la frecuencia con la que viajan, salen a comer fuera o van a espectáculos. Y eso, claro, requiere más ingresos.

Por eso, entre las motivaciones para ir guardando en la hucha algún dinero, la primera que citan los consultados es la jubilación (un 46 % en el caso de Galicia, un punto más que en el conjunto de España). Sin embargo, el estudio desmonta algunos tópicos, como la fama de previsores de los gallegos, ya que solo dos de cada tres (67 %) consideran que ahorrar es imprescindible para poder vivir tranquilo, siete puntos menos que la media española.

No solo eso, sino que en el caso concreto del retiro, la planificación financiera empieza más tarde y solo el 6 % ven necesario empezar a reservar parte de los ingresos para el retiro antes de los 30 años, frente al 10 % en España. No se trata, pues, de una cuestión de salarios más bajos que haga más difícil llegar a fin de mes y, por tanto, ahorrar, sino, por lo que parece sobre el papel, de una menor preocupación por ese escenario de futuro.

Muchas herramientas

Sin embargo, Eva Valero, directora del Observatorio, matiza esta impresión y dice que el menor nivel de previsión financiera para la jubilación puede derivar de que haya un mayor nivel de ahorro, aunque sin fines específicos, o también de que exista más confianza en el sistema público de pensiones y en que sus prestaciones sean suficientes para cubrir las necesidades tras el retiro.

Valero se muestra partidaria de que el Gobierno recupere la idea del envío del sobre naranja, un proyecto que pasaba por remitir a los cotizantes mayores de 50 años una carta con la previsión del importe de su futura pensión, para que pudieran tomar las decisiones convenientes, pero que quedó paralizado. En cualquier caso, apunta que existen herramientas web muy sencillas en las que, «con solo cuatro datos, la edad, los años cotizados, el importe ahorrado y el salario anual» se da una estimación bastante aproximada.

En cuanto a las fórmulas de ahorro más adecuadas, explica que «todo vale, porque todos somos diferentes, y cada uno tiene que optar por el producto que más de adapte a sus características, ya sea porque priorizan un ahorro fiscal inmediato o la posibilidad de recuperar el dinero en caso de algún imprevisto. Lo importante es tener el hábito de ahorrar». En cuanto al sector, explica que también se adapta a los cambios, con productos como los fondos de ciclo de vida, que adaptan el perfil de las inversiones en función de la edad del titular, «para que solo se tenga que preocupar de ahorrar, que ya es difícil».