Amancio Ortega, el casero favorito de Amazon

G. Lemos REDACCIÓN

ECONOMÍA

Tras venderle su sede en Seattle, el gigante del comercio en línea alquila al dueño de Zara varias plantas de un edificio en Madrid

19 jul 2019 . Actualizado a las 09:02 h.

Aunque en los negocios son competidores, la relación de Amancio Ortega y Amazon en lo inmobiliario es cada vez más estrecha. Y es que el fundador y máximo accionista de Inditex, que ya es casero del gigante del comercio on-line en Estados Unidos, lo será ahora también en España.

La compañía que preside Jeff Bezos ha alquilado a Pontegadea (el brazo inversor del empresario gallego) siete plantas de la torre Cepsa, uno de los cuatro rascacielos del madrileño paseo de la Castellana, diseñado por el arquitecto Norman Foster y donde tiene su sede la petrolera.

De acuerdo con la información adelantada por El Confidencial, que cita fuentes del mercado, la superficie arrendada es de 11.550 metros cuadrados, con una renta de entre 23 y 28 euros por metro cuadrado. Las mismas fuentes apuntan que la decisión de Amazon de mudarse al rascacielos, que se materializará dentro de unos meses, responde al creciente interés de las grandes compañías tecnológicas por instalarse de nuevo en el centro de las ciudades y por hacerlo en edificios singulares, que den muestra de su poderío económico.

La operación se conoce apenas tres meses y medio después de que, a finales de marzo, Ortega cerrara la compra de la sede de Amazon en Seattle, un inmueble de principios del siglo XX conocido como Troy Blocks por el cual Pontegadea desembolsó 656 millones de euros. Es su segunda mayor adquisición hasta el momento (la más costosa fue la del edificio Adelphi, en Londres, por el que pagó unos 680 millones y en el que Ortega es casero de otro gigante tecnológico, en este caso Spotify).

La historia de la torre Cepsa

En el caso de la torre Cepsa, Pontegadea adquirió el rascacielos, el segundo más alto de España, en septiembre del 2016 por un precio cercano a los 490 millones de euros. Hasta ese momento, el edificio había cambiado ya varias veces de manos (y de nombre). Primero se conoció como la torre Repsol, ya que estaba destinado a ser la sede central de la petrolera, pero esta decidió venderlo en el 2007, justo antes del estallido de la crisis, cuando pasó a manos de Caja Madrid, que pagó por él 815 millones. Seis años después, Bankia (la entidad que sucedió a la extinta caja madrileña) alquiló el inmueble a Cepsa, para que la petrolera instalara allí sus oficinas centrales.

Fue precisamente una de las cláusulas incluidas en ese contrato de arrendamiento, que recogía una opción de compra sobre el edificio, la que permitió que Ortega se hiciese con él. Y es que el jeque Khadem al Qubaisi, en su día presidente de Cepsa, ejerció el derecho para, apenas unos minutos después, vender el inmueble al empresario gallego, logrando una plusvalía de 90 millones de euros en tiempo récord.