Alcoa y Parter firman un principio de acuerdo (otro) para la venta

D. C. REDACCIÓN

ECONOMÍA

FERNANDO VILLAR

Se dan de plazo hasta el 31 de julio para cerrar de una vez la operación y el ERE se aparca hasta esa fecha

02 jul 2019 . Actualizado a las 09:59 h.

Alcoa tenía prisa por deshacerse de sus plantas de aluminio de A Coruña y Avilés, que dan empleo a 700 operarios, aduciendo falta de rentabilidad ante unos elevados precios de la energía que lastraban su competitividad. Pero eso era antes. Porque ahora parece que la multinacional estadounidense ha decidido echar el freno y extender los plazos hasta donde sea necesario para cerrar definitivamente una operación que se alarga más allá de lo imaginable. Pero, sobre todo, de lo deseable. Cuatro semanas más. Hasta el 31 de julio.

Esa es la nueva fecha que se ha marcado la norteamericana para cerrar la venta de las dos factorías al fondo suizo Parter, con el que ha alcanzado otro principio de acuerdo. Y hasta entonces se aparca también la aplicación del ERE que amenaza los puestos de trabajo del 43 % de los empleados de las plantas de A Coruña y Avilés.

Otro giro más, después de que el pasado viernes, prácticamente al límite del plazo establecido para formalizar la venta, saltasen todas las alarmas con la decisión de Alcoa de suspender la venta, que achacaba a las garantías financieras aportadas por los helvéticos, por considerarlas insuficientes.

Alcoa insiste en que los sindicatos ratifiquen el acuerdo, y estos se niegan 

Ahora vuelve a haber un preacuerdo sobre la mesa. Fruto, en buena medida, aseguran fuentes cercanas a las negociaciones, de la presión del Ministerio de Industria sobre la multinacional estadounidense. Se remiten, para reforzar esa idea, a la presencia ayer de la ministra en funciones, Reyes Maroto, en una crucial reunión que se mantuvo en un hotel de Madrid, donde también estuvieron representantes de los Gobiernos de Galicia y Asturias y miembros de los comités de empresa de las dos factorías.

Parter tiene, pues, hasta final de mes para solucionar la supuesta falta de garantías financieras aducida por la aluminera, que le pide 30 millones de dólares.

Todas las partes implicadas coinciden en que el 31 de julio es una fecha que da un margen muy amplio y confían en que la venta llegue, por fin, a buen puerto. Pero, después de tantas idas y venidas, nadie se apuesta el cuello.

Con todo, y de no producirse hasta entonces un apretón de manos definitivo, se aplicaría el expediente de regulación de empleo planteado por la multinacional norteamericana, que contempla el cierre de ambas plantas.

Y mientras, Alcoa insiste en que los trabajadores han de ratificar la operación, a lo que estos se niegan. Dicen contar con el apoyo del Gobierno, representado también ayer en las conversaciones por el director general de Trabajo, Ángel Allué.

«Quieren que firmemos para que les lavemos la cara y ante esa postura nosotros nos levantamos de la mesa y se acabó la reunión», explicaron a Efe fuentes sindicales, quienes hablaron incluso de «intento de chantaje» por parte de Alcoa, ya que, dicen, la empresa amenazó con ejecutar el plan social que pesa sobre las dos fábricas si no accedían a ese requerimiento.