¿Asalariados o falsos autónomos? La Administración contra Deliveroo

L. P. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Juan Carlos Hidalgo|EFE

Hoy ha comenzado el juicio que podría cambiar el modelo de relaciones laborales impuesto por las plataformas de la economía colaborativa

31 may 2019 . Actualizado a las 18:57 h.

«Somos falsos autónomos», repetían una y otra vez los riders que hoy acudieron a la celebración de una vista que muchos calificaron de «histórica». El juicio enfrenta de forma directa a la Administración contra Deliveroo a raíz de una denuncia interpuesta por la Inspección de Trabajo, una demanda que no afecta a un repartidor en concreto sino al medio millar que operan en la capital. Lo que tiene que dirimir el juez es si son autónomos que prestan sus servicios a una empresa, en este caso Deliveroo, o si deberían ser asalariados -tal y como considera la inspección- lo que supondría la modificación de las relaciones laborales de unos 4.000 trabajadores de Deliveroo, además de empleados de otras plataformas, como Glovo, que aúna a 8.000 trabajadores en España.

En juego, 1,2 millones de euros, la cantidad que la Tesorería estima que Deliveroo, que se vería obligada a darles de alta en la Seguridad Social, debería pagar en concepto de las cotizaciones no abonadas a ese medio millar de trabajadores. «Esperamos que la sentencia reconozca a estos trabajadores por cuenta ajena y empecemos a derribar ese muro de precariedad, trabajo indigno y salarios de mierda que tenemos en la actualidad», afirmó el secretario de Política Sindical de UGT, Gonzalo Pino. «La flexibilidad de la que hablan es un discurso para no pagar la seguridad social pero en la práctica somos asalariados no reconocidos», dijo Felipe Díez, de la asociación Riders x Derechos.

«Hasta 100.000 euros de facturación»

Deliveroo lo niega. «Los repartidores son autónomos porque ellos lo quieren. Así tienen el control y pueden elegir cuánto trabajan, dónde, cómo y con quién lo hacen», argumentó la directora de Comunicación de la compañía, Carolina Pérez, que hizo hincapié en que si el juez ordena su reclasificación como empleados «perderían estos beneficios».

La compañía británica niega que sus repartidores sufran condiciones precarias y asegura que algunos de ellos, en torno a unos 40, facturan hasta 100.000 euros. «Hay un elevado número de riders con notable éxito económico», defendió el abogado de Deliveroo, Román Gil.