El pequeño pueblo de Retortillo sacude la bolsa australiana

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

WWF

Berkeley se dispara un 35 % en los mercados y la compañía lo achaca a la victoria del PP en este municipio de Salamanca

28 may 2019 . Actualizado a las 18:33 h.

Los trajeados inversores que se pasean a diario por el parqué australiano son capaces de situar en un mapa el salmantino pueblo de Retortillo. Un ejercicio no apto, incluso, para algunas mentes patrias. Al otro lado del mundo persiguen la estricta actualidad que ha agitado a este pequeño municipio charro de apenas 200 habitantes en los últimos días. Y lo hacen como si fuera propia. No es para menos.

Retortillo y Australia están hermanadas y el lazo que ha creado tan estrambótico vínculo tiene nombre de multinacional minera: Berkeley Energía. La firma pretende lograr en los próximos días -y al abrigo de los resultados de las elecciones municipales que otorgaron el bastón de mando al PP- todas las autorizaciones necesarias para comenzar a operar en este territorio de Salamanca la única mina a cielo abierto de uranio en Europa.

El cambio de mando en el consistorio le ha sentado realmente bien a la australiana. La multinacional, que cotiza en la bolsa de Londres y en la de Madrid desde el verano pasado, repuntó un 35 % en los parqués. Una subida que hizo saltar las alarmas en los despachos de la autoridad bursátil australiana, la Australian Securities Exchange (ASX). El regulador envió una consulta a Berkeley sobre el precio y el volumen de contratación, una cuestión que recibió una respuesta bastante parca por parte de la multinacional.

Dice la minera que, básicamente, no tiene ni idea de por qué sus acciones han experimentado tamaño pelotazo. «No tenemos conocimiento de ninguna información que no haya sido publicada que pudiese explicar» lo sucedido, argumentan en un hecho relevante remitido tanto al ASX como a la CNMV. No saben nada, dicen, pero algo «sospechan». El resultado de las elecciones municipales en Retortillo, «donde el Partido Popular tiene ahora cuatro de los cinco concejales», puede tener mucho que ver.

Agilizar los permisos

La esperanza que mantienen en los despachos de la compañía australiana es que el nuevo Gobierno les agilice los permisos para poner en marcha la mina por la que Berkeley lleva ya tiempo peleando. A pesar de que la autorización depende, en último término, del Gobierno central, parece que muchos inversores ven la luz al final del túnel.

La mina ha sido razón de desencuentros entre asociaciones, mandatarios y lugareños. El proyecto atravesaría una zona protegida y hábitat de especies en peligro como el águila real o la cigüeña negra. Al otro lado de la balanza, las razones que defienden desde Berkeley, que aseguran que el proyecto creará 400 puestos de trabajo directos y será capaz de producir «cuatro millones de libras (cerca de dos millones de kilos) de uranio al año, el equivalente al 10 % del total requerido en Europa» y