El naval de Vigo trabajará por la noche para garantizar las entregas en plazo

ECONOMÍA

Oscar Vázquez

Barreras moviliza a la industria auxiliar para lanzar un tercer turno, de 23 a 7 horas

08 may 2019 . Actualizado a las 14:26 h.

El naval privado gallego es ya el mayor constructor de España, con 31 buques de acero firmados de aquí a tres años, y más del 50 % de la cartera de pedidos nacional. La mayoría de los astilleros hacen ya dos turnos de trabajo de ocho horas continuadas, pero el sector demanda ya la puesta en marcha de un tercer turno con vistas a acortar los tiempos de entrega de los barcos contratados. El interés por acelerar los plazos de botadura y de finalización de los buques surge en un momento dulce para el naval privado gallego, que ya están firmando contratos para el año 2023.

Además de Factorías Vulcano, obligada a apurar por la demora que acumula el ferri que construye para Armas (Acciona), la mayor urgencia está en las gradas de Hijos de J. Barreras. El astillero, que acaba de firmar el segundo crucero de lujo para The Ritz Carlton Yatch Collection, tiene ya en el mar la primera unidad, que deberá entregar a finales de noviembre. El armador estadounidense apremia, y en juego está además un tercer crucero, con lo que el arranque del tercer turno es ya inminente.

Fuentes sindicales han confirmado que el astillero, que ya trabaja los sábados, está movilizando a la industria auxiliar para activar el arranque de la jornada de noche, que cubrirá de las once de la noche a las siete de la mañana.

Además de los cruceros, Barreras tiene en cartera otros dos cruceros para la armadora noruega Havila; y un ferri para Armas que, según fuentes sindicales, requerirán alrededor de 1.000 trabajadores trabajando en las gradas a finales del 2019. El problema, que empieza a ser serio, es que las auxiliares tienen los efectivos contados para dos turnos y les cuesta reclutar personal para activar ese tercer relevo.

«Necesitamos personal formado en todas las especialidades del sector naval: caldereros, tuberos, soldadores, electricistas, carpinteros...», exponen fuentes de las auxiliares. «Hace falta gente de todas las especialidades, ya estamos trayendo gente de otras comunidades, de Portugal o de donde podemos», aseguran.

Contratación urgente

Es la plantilla de la industria auxiliar la que tiene que crecer y son estas empresas (caldereras, tuberas, de electricidad, pintura, interiorismo) las que tienen el verdadero problema.

El personal contratado directamente por las empresas constructoras se ha ido reduciendo poco a poco en los últimos años en busca del famoso «astillero de síntesis», que se anunciaba en el siglo pasado. Este modelo, definido como el único posible para competir en mercados globales como el del naval, está basado en reducir al mínimo la plantilla de los astilleros, donde quedarían solo las personas más capacitadas para labores de diseño y supervisión, mientras que el grueso de la mano de obra se contrataría en la industria auxiliar. De este modo, el plantel de Barreras, que superaba los 1.500 empleados en la década de los ochenta, pasó a los 400 en el momento de la privatización (1997) y de ahí hasta los 157 actuales.

Según el informe anual de la patronal gallega del metal, Asime, la construcción naval tiene en estos momentos 12.000 trabajadores en la comunidad. La plantilla ha crecido un 12 % en el 2018 (ganó 1.440 empleados), pero necesita más mano de obra, en especial en los astilleros de la ría de Vigo y Pontevedra. En concreto, un millar de trabajadores más, 600 para incorporarse de forma urgente.

Avalancha de ofertas de empleo de incorporación inmediata 

«Se necesita inspector de pintura naval para importante empresa a nivel mundial, con centro de trabajo en Vigo». Así comienza uno de los muchos anuncios que desde hace semanas aparecen en los principales portales de empleo. Otra oferta similar: «La persona seleccionada sera la encargada de hacer el seguimiento y cumplimiento de plazos dentro de este proyecto en importante astillero en Vigo. Su salario será de 36.000 euros netos. Disponibilidad para trabajar en proyecto de 2-3 años», señala el anuncio de Infojobs, Y uno más: «Se necesita interiorista, sector naval, con inglés fluido, para proyecto de cruceros. Jornada completa, duración determinada».

Los tres procesos para seleccionar perfiles tan concretos tienen un destino claro: trabajar en los buques que Ritz Carlton ha encargado a Barreras.

Pero la petición de trabajadores se extiende a todas las áreas de actividad: desde soldador tubero (con un mínimo de dos años de experiencia), a electricistas navales e industriales a los que se les ofrecen salarios de alrededor de 1.800 euros netos (2.400 brutos, con jornada completa y contrato por obra o de duración determinada).

Es precisamente este factor, el de la temporalidad, el que, en opinión de los sindicatos, hace que no exista una plantilla formada y estable que permita afrontar las necesidades de producción.

«Los astilleros no pueden seguir construyendo barcos igual que hace 30 años. Hace falta modernización, planes de formación que permitan hacer un relevo generacional en la propia industria y también con grados de FP enfocados a la calderería, soldadura, actividades para las que es difícil ahora encontrar profesionales», explican.

Durante los últimos años de caída, en el naval hubo trabajadores que se fueron a otros sectores y a otros países, pero también «hay otro efecto tan importante, o más, que fue la jubilación de muchos trabajadores, por lo que se perdió la capacidad de transmisión del conocimiento», añaden en el sector.