La fiscalidad aprieta las tuercas a un mercado del automóvil en plena caída

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

El Gobierno endurece el impuesto de matriculación y subirá 4,6 céntimos el gasoil

06 may 2019 . Actualizado a las 15:58 h.

Mientras las ventas de vehículos se desploman en Galicia por octavo mes consecutivo, y la incertidumbre sobre qué coche comprar se adueña del mercado, el Gobierno (ahora en funciones) sigue haciendo caja a través de la subida del impuesto de matriculación; mientras prepara una nueva vuelta de tuerca fiscal sobre los contribuyentes que conducen un coche diésel.

La medida ya estaba en los Presupuestos que Pedro Sánchez no consiguió aprobar en la pasada legislatura, y reaparece ahora entre los deberes pendientes que retomará el nuevo Ejecutivo. Consiste en retirar la bonificación fiscal al combustible que consumen los vehículos diésel, lo que, según los cálculos del Gobierno, aumentarán los ingresos en 670 millones.

El proyecto de Ley de Presupuestos que el presidente en funciones no logró aprobar, incluía el encarecimiento del gasoil en 3,8 céntimos por litro. Pero en realidad la subida será mayor. A los 3,8 céntimos por litro hay que sumar el impacto del IVA (21 %) abonado por los consumidores de gasoil, lo que elevará a 4,6 céntimos por litro el coste real de esta medida.

Esto echa por tierra los cálculos del Gobierno, que estimó que esta subida tendrá un coste de alrededor de 36 euros para un consumidor medio (15.000 kilómetros al año, y que tenga un vehículo con una antigüedad media); y eleva el impacto a cerca de 50 euros al año.

Este incremento repercute directamente sobre los conductores particulares, que, según la DGT, rondan los 13 millones en España. Un 5 % de este parque automovilístico afectado por el nuevo gravamen está matriculado en Galicia. Esta proporción eleva el número de perjudicados por la subida del diésel a más de 650.000 conductores gallegos.

10 céntimos en 3 años

No quedará ahí la cosa. Antes de las elecciones, Hacienda ya reconocía que el objetivo es que se produzca una subida paulatina que, cuando culmine, habrá supuesto 10 céntimos de euro adicionales por litro repostado en el impuesto especial sobre el diésel.

Según estos cálculos, la subida se produciría progresivamente en los próximos tres años, de manera que en el 2021 los impuestos del diésel y la gasolina se habrían equiparado.

Eso, en lo que se refiere al diésel. Pero la fiscalidad del automóvil también se verá afectada por una mayor presión tributaria sobre las emisiones de CO2. De hecho, ya está ocurriendo tras una moratoria de la entrada en vigor de el Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros (WLTP, por sus siglas en inglés) en toda Europa en septiembre del 2018.

Esta normativa comunitaria obliga ya a que entre un 10 y un 20 % de los vehículos que hasta ahora estaban exentos del impuesto de matriculación se vea obligado a pagarlo. El motivo es que la nueva medición de emisiones es mucho más ajustada a la realidad. Registra el verdadero nivel de CO2 que sale del vehículo, un volumen que es más elevado que el que computaba el anterior sistema; y como paga más el que más contamina, el resultado es una subida del gravamen de matriculación en el 70 % de los modelos.

«Los vehículos que hasta ahora estaban exentos del pago del impuesto de matriculación por emitir menos de 120 gramos, ahora están saltando al siguiente tramo, tributando al 4,75 %», explican fuentes de Hacienda.

El resultado está a la vista. Según la estadística de la Agencia Tributaria, un coche nuevo hoy (de motor de combustión) paga de media 521 euros de impuesto de matriculación, cuando el año pasado la tasa era de 399 euros.

Desde la patronal de fabricantes, Anfac, se insiste en la necesidad de «eliminar» este gravamen para evitar una mayor contracción de las ventas, que llevan meses cayendo, «más cuando de los grandes mercados europeos, España es el único con un impuesto de este tipo», advierte el sector.

La venta de eléctricos también echa el freno en Galicia

El mercado gallego del automóvil está instalado en una crisis de ventas que afecta a todo tipo de motorizaciones.

Caen las matriculaciones de vehículos diésel y gasolina, con un descenso de casi el 17 % en el mese de abril. Pero también desciende el mercado de coches eléctricos, que hasta ahora, aunque muy lentamente, no había parado de crecer.

Según el balance de Anfac, durante el mes pasado en Galicia se matricularon 16 vehículos cien por cien eléctricos, un 33 % menos que en el mismo mes del año anterior. Este mal abril para los concesionarios gallegos ha hecho bajar la media d crecimiento del mercado de coches eléctricos en la comunidad y lo deja en un 2,7 %, con 100 unidades matriculadas en los cuatro primeros meses.

La movilidad eléctrica es el futuro, según el Gobiernos, pero para llegar hasta él, en España hay regiones que avanzan mucho más rápido que otras, y Galicia está todavía a la cola del despegue. Según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Coches y Camiones, Anfac, la Comunidad de Madrid (2.927 unidades) y Cataluña (847 coches) concentran el 75 % de las matriculaciones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables que se han hecho en España en el primer trimestre de este año. Solo en Madrid se han comercializado el 58 % de estos vehículos y sus ventas crecieron un 122,9 % en lo que va del 2019.

A mediados de abril, la Xunta activó el programa Moves de Galicia de incentivos a la movilidad «eficiente y sostenible», que cuenta con un presupuesto de más de 2,6 millones de euros, con los que se prevé impulsar la compra de 500 vehículos eléctricos o alternativos (gas natural o gas licuado de petróleo).

El Gobierno gallego estima que esta inversión movilizará un total de 11 millones de euros en la comunidad y que contribuirá a la creación o mantenimiento de alrededor de 90 empleos. Además, calcula que evitará la emisión de más de 1.100 toneladas de CO2.