Gallegos atrapados en Portugal: «Tuvimos que hacer más de 60 kms para repostar»
ECONOMÍA
Aquellos que disfrutan de sus vacaciones de Semana Santa en el país luso buscan alternativas ante la falta de combustible. Algunos aviones repostaron en Lavacolla y vehículos portugueses saltaron la frontera para echar gasolina en Galicia
18 abr 2019 . Actualizado a las 00:41 h.La crisis energética que vive Portugal por la huelga de los transportistas de combustible está dominada por la confusión y el desasbastecimiento en más de 2.700 de las 3.068 gasolineras disponibles. El paro afecta de forma especial al gasóleo. 1500 estaciones de servicio no tienen ni una gota de gasoil. En Lisboa ya hay ochocientas gasolineras desabastecidas.
La situación ha trastocado los planes de miles de viajeros en plena Semana Santa. Desde primera hora de la mañana se formaron retenciones de más de media hora a las puertas de gasolineras que todavía tenían algo de combustible a última hora del martes. Colas que se multiplicaron por el país vecino y que tuvieron especial impacto en las localidades más importantes, como Oporto o Lisboa.
Gallegos afectados
Muchos gallegos han elegido la cercana Portugal para pasar estos días de vacaciones. Yoli Asorey es una de ellas. Testigo de las largas hileras de vehículos en las inmediaciones de las estaciones de serivicio, a 170 kilómetros de la capital lisboeta, veía ya carteles luminosos alertando de la ausencia de carburante. O Paula Losada, desde el sábado en la zona del Algarve. «Me enteré esta misma mañana -dice por este miércoles- después de ver las colas en las gasolineras y leer la noticia en La Voz». Su marido tiene que volver a su puesto de trabajo este jueves, en Ourense, y ya han pensado una ruta alternativa para el regreso: «Seguramente vayamos por Huelva o Badajoz porque un depósito lleno no nos alcanza para llegar a Galicia». Tuvieron que recorrer más de sesenta kilómetros -y solo tenían autonomía para cien- hasta encontrar una estación de servicio donde repostar: «Salimos del hotel en busca de una. En la primera nada. En la segunda tampoco. En algunas gasolineras han puesto tornos para que la gente no pase y no se formen atascos». Un final de fiesta estresante, con el añadido de viajar con una niña de nueve años: «Teníamos pensado pasar el jueves en Lisboa y hacer una parada en Aveiro pero ya nada».
Otros transportes
No solo resultó afectado el transporte por carretera. Además de vehículos, taxis o autobuses, los aviones sufrieron en sus carnes los efectos de la sequía de surtidores. Hasta dieciséis aeronaves con salida de los aeropuertos lusos de Lisboa y Faro -en este último ya se están utilizando las reservas de emergencia- tuvieron que cargar combustible en el aeródromo sevillano de San Pablo. En el caso de la capital lisboeta, las petroleras dejaron de administrar materia prima desde el mediodía del martes. Y para este miércoles se esperaba el aterrizaje en la capital hispalense de otros ocho aviones con despegue en Portugal. Según informa la televisión pública portuguesa RTP, el aeropuerto compostelano de Lavacolla también ha servido de base de repostaje a lo largo de esta jornada. El ministro de Economía luso, Pedro Siza Vieira, ha señalado que si el servicio de abastecimiento no se retoma en las próximas horas podrían «tener perturbaciones en la operación aérea», afirman varios medios locales.
Situación de alerta
La huelga convocada por el Sindicato Nacional de Transportistas de Mercancías Peligrosas toca de lleno además al abastecimiento de combustible en puertos, instalaciones de bomberos o empresas de transporte público. El Gobierno portugués ha declarado la situación de alerta y ha movilizado a militares y fuerzas de seguridad para garantizar el abastecimiento de combustible. Entre las medidas excepcionales adoptadas se encuentra la llamada requisición civil, un instrumento legal que permite blindar unas operaciones mínimas para el funcionamiento de servicios esenciales tales como hospitales, bases aéreas, extinción de incendios, puertos y aeropuertos, y cubrir hasta un 40 % de la demanda de gasolineras. Los conductores de vehículos pesados están obligados, en caso de ser requeridos, a ayudar con el transporte de combustible, y se da prioridad a fuerzas de emergencia y seguridad a la hora de repostar.
La Asociación Portuguesa de Empresas Petrolíferas (Apetro) denuncia que se están incumpliendo los servicios mínimos. «No están saliendo vehículos de las instalaciones de almacenaje para satisfacer el 40 % de la capacidad habitual de las gasolineras en Lisboa y en la región de Oporto», afirma João Reis, que asegura que la situación «comienza a agravarse de forma complicada».
Los motivos de la huelga
La huelga arrancó el lunes y se prolongará por tiempo indefinido. Los representantes de los trabajadores que secundan el paro exigen que se cree una categoría específica para ellos.
Las gasolineras gallegas recogen clientes rebotados del país vecino
La huelga convocada por el Sindicato de Transportistas de Mercancías Peligrosas, que exigen una categoría profesional específica, también está teniendo eco en Galicia. Las estaciones de servicio de la comunidad gallega recibieron este miércoles un aluvión de clientes, tanto particulares como transportistas, procedentes de la vecina Portugal. Desde Sertuy, en la fronteriza Tui, aseguran que «se notó muchísimo», aunque en Otamar -otra gasolinera de la misma localidad- no saben diferenciar si la cantidad tuvo más que ver con el paro o con la coincidencia con la operación salida de Semana Santa. «Es verdad que se pudo doblar la cantidad de gente respecto a un día normal». En Salvaterra acudieron a repostar conductores portugueses de un radio de acción «de hasta treinta y cinco o cuarenta kilómetros». Por las impresiones que pudieron intercambiar con ellos, «creen que la situación durará unos cuantos días más». En la otra provincia fronteriza con Portugal, Galior, en A Mezquita, recibió «a gente de Portugal que vino a comprar gasolina».