El emprendimiento en Galicia: necesidad, más que vocación

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

El número de autónomos mayores de 45 años casi quintuplica el de menores de 35

16 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La radiografía del emprendimiento en Galicia -precisamente este martes, que se celebra su día mundial- no es demasiado alentadora. Los datos al cierre del primer trimestre del año confirman la tendencia descendente que el trabajo autónomo inició en el 2015. A último día de marzo, en la comunidad había 210.379 afiliados en el régimen especial de trabajadores autónomos (RETA), 3.020 menos (-1,4 %) que en el mismo período del año anterior y 803 menos (-0,4 %) que al cierre de diciembre. Esta última cifra absoluta es, asimismo, la caída más abultada de todas las comunidades autónomas.

¿Qué está ocurriendo? Pues que, pasados los peores momentos de la crisis, en los que miles de trabajadores expulsados del mercado laboral se lanzaron al emprendimiento como único salvavidas, la sostenibilidad del autoempleo vuelve a estar en cuestión. En la comunidad, los talones de Aquiles son dos: la edad de los autónomos -los mayores de 65 casi triplican a los menores de 25- y el retroceso de los sectores tradicionales, como la agricultura o el comercio, con gran peso en el territorio, donde el número de nuevas altas no compensa el de cierres.

Rafael Granados, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Galicia, pone el foco sobre la «falta de cultura del emprendimiento» que late tras el perfil del autónomo gallego. «Por un lado están los jóvenes, menores de 35 años, con formación y una alta motivación a la hora de desarrollar su proyecto que, además, tienen muy pensado. Y por otro lado está el colectivo de mayores de 45 años, que en un porcentaje muy elevado llegan rebotados del mercado laboral. Digamos que es más un autónomo por necesidad que por vocación», explica Granados.

El experto sitúa el problema en que la necesidad vence a la vocación, ya que el número de mayores de 45 casi multiplica por cinco el de menores de 35. Por eso señala la necesidad de «potenciar el emprendimiento en las universidades e impulsar la cultura de desarrollar proyectos propios, sin miedo al fracaso y a equivocarse, algo que -insiste- aún está fuertemente penalizado en nuestra sociedad».

El presidente de ATA Galicia destaca que las únicas zonas en las que los autónomos crecen son las ciudades, mientras que el avance de la despoblación rural engulle al resto, sin que hasta el momento «estén dando el resultado esperado las medidas aprobadas para potenciar la creación de empresas en poblaciones de menos de 5.000 habitantes».

Igualmente califica de «vital» trabajar para facilitar el relevo generacional, ya que cuantos más años llevan en funcionamiento las empresas, más probabilidad de supervivencia tienen, y «por eso es importante que tengan continuidad». «Las ayudas al emprendimiento son importantes, pero luego hay que consolidar los negocios que se implantan: la conciliación y el apoyo son claves», concluye.