Llene el depósito y le vendo un contrato de luz

F. F. LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

Las estaciones de servicio son el principal canal de captación de clientes de Repsol Electricidad

08 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los comerciales que peregrinaban de casa en casa intentando vender contratos de electricidad y de gas usando todas las artimañas posibles han pasado a la historia por obra y gracia del Ministerio para la Transición Ecológica, que ha prohibido esas prácticas de las compañías por abusivas. Pero es que ya ni hacen falta. Al menos, no a Repsol, que desde hace tres meses se dedican al negocio eléctrico tras la compra de una parte de Viesgo. La petrolera tiene algo mucho mejor que los comerciales: más de 3.000 gasolineras en toda España en las que paran a diario alrededor de un millón de clientes, según la compañía. Los trabajadores que sirven y cobran el repostaje del vehículo se han convertido también en un gancho para la captación de clientes para la comercializadora de electricidad. De hecho, según la propia compañía, las estaciones de servicio fueron el canal de venta más exitoso en estos meses en el mundo de los kilovatios hora. Es decir, donde más contratos de luz y gas vendió en los últimos meses.

Según datos divulgados por el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, la compañía captó 60.000 clientes en tres meses, a razón de 600 al día, que se incorporaron a una cartera de 750.000 heredados de Viesgo. En total, 810.000.

Cuando anunciaron la operación con la compañía con sede en Santander, Imaz ya avanzó que aprovecharían su implantación en el mercado de los hidrocarburos -venta de combustibles de automoción y bombonas de butano, por ejemplo- para captar clientela.

Repsol no es la primera petrolera española que se lanza al negocio eléctrico. Antes lo hizo Cepsa. En ambos casos aprovechan la variedad de sus negocios para ofrecer un paquete energético completo, con descuentos en los carburantes para los titulares de contratos de electricidad y gas. 

Viesgo, partida en dos

Repsol compró, por 733 millones de euros, el negocio liberalizado de Viesgo, con sede en Cantabria, y sus centrales de generación renovable.