Angélica Vázquez: «O bateeiro non pensa que vai facer de comer; a bateeira si»

Rosa Estévez
rosa estévez A ILLA / LA VOZ

ECONOMÍA

MARTINA MISER

Su carácter ha convertido a esta «guerrilleira» en una de las dos mujeres que llevan las riendas de una organización de bateeiros en Galicia

08 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Angélica mira en línea recta, contraria a esconder, detrás de su pupila azul, sus opiniones y sus ideas. En sus rasgos parece leerse la determinación con la que persigue los objetivos que se marca, la responsabilidad con la que toma las decisiones de su vida, el esfuerzo con el que acomete cada nueva empresa. Su carácter, trabajado desde la juventud en un sinfín de batallas, ha convertido a esta «guerrilleira» en una de las dos mujeres que llevan las riendas de una organización de bateeiros en Galicia. «Mulleres nos barcos hai moitas; houbo sempre. Nas asociacións, non», cuenta.

«Xa non hai tantas ‘cousas de homes’, pero segue a haber ‘cousas de mulleres’»

Angélica supo, desde la adolescencia, que quería ir al mar. Igual que su padre y que su madre, una alemana de ciudad que saltó al barco sin remilgos. La joven no tardó en cumplir su sueño. Ella y su hermana se enrolaron y formaron equipo con su padre. Él presidía una asociación de productores, Ruamar, en a Illa de Arousa. Y llegó un momento en el que Angélica decidió seguir sus pasos y dar el salto a la primera línea del sector. «Cando entrei a primeira vez na directiva de Opmega, unha compañeira díxome que, para sobrevivir nun mundo de homes, hai que volverse un pouco coma eles». No dar señales de debilidad, resistir los órdagos y petar en la mesa si hace falta. A Angélica, el consejo le funcionó. «Eu non tiven grandes problemas por ser muller, nin por ser muller e nova, que é un binomio máis complicado», relata. ¿Por qué no hay más mujeres en los órganos en los que se toman decisiones? «Delegan nos pais, nos irmáns, nos homes... Pero é que eles, cando chegan a terra, non teñen que pensar que se vai facer de comida ao día seguinte, ou nas actividades dos nenos. Ao final, xa non hai tantas cousas de homes, pero segue a haber cousas de mulleres». Dice Angélica que encontrar el equilibrio entre la vida doméstica y la profesional cuesta. Mucho. Pero confía en que cada vez más mujeres den el salto y tomen las riendas del sector; sería bueno para el colectivo. «Como non temos tempo que perder, non o perdemos en debates inútiles».