Barreras invita a la Xunta a entrar en su accionariado tras la salida de Pemex

ECONOMÍA

XOAN CARLOS GIL

Le ofrece un 20 % de participación en el astillero, al tiempo que negocia la incorporación de nuevos inversores

13 jun 2019 . Actualizado a las 20:33 h.

Pemex se va. La decisión aún no es oficial, pero está tomada, según trascendió al término de la junta de accionistas de Hijos de J. Barreras celebrada ayer en Vigo.

La petrolera, que entró en el capital del astillero hace seis años, fruto de un acuerdo al más alto nivel entre el Gobierno de México (efectivo con Peña Nieto al frente, aunque fraguado con Calderón), se desprende del 51 % de su participación, adquirida a través de PMI, a un coste similar al que lo compró, que ambas parte cifraron en su día (diciembre del 2013) en 5,1 millones de euros.

¿Quién va a tomar ahora el control del astillero? Todo apunta a que los otros dos accionistas, Ignacio Lachaga, propietario de la naviera Albacora (titular del 24,5 %) y José García Costas, presidente de Barreras y dueño de Electromecánica Naval e Industrial (12,3 %) y Valiño (10 %), ejercerán su opción de recompra sobre buena parte de la participación de Pemex

Opción de recompra

Pero no toda. Al menos eso es lo que ha trascendido de las reuniones mantenidas entre los socios, y de la que habría salido una oferta lanzada a la Xunta de Galicia para que entre en el capital de Barreras, con una posición del 20 % que podría llegar incluso hasta el 30 %. Paralelamente, y según estas fuentes, el astillero que preside García Costas mantiene abierta la puerta a la entrada de nuevos inversores dispuestos a cubrir el capital restante.

¿Accederá la Xunta a la invitación de García Costas? Desde la Administración gallega no hay comentarios, pero fuentes conocedoras de conversaciones previas aseguran que la Xunta estaría dispuesta a participar como brazo inversor en un plan bien definido por parte del astillero, pero por vías alternativas y no tanto a entrar de forma directa en el accionariado, «al menos a día de hoy», aseguran.

Desde el sector, de entrada, la opinión es contraria a una incursión de la Administración gallega en el astillero. Fuentes consultadas consideran que sería una decisión cuestionable y difícil de explicar, sobre todo teniendo en cuenta la situación de dificultad que atraviesa Factorías Vulcano, de quien la Xunta se ha desmarcado públicamente al asegurar que no destinará más ayudas al astillero, en palabras del propio presidente Núñez Feijoo.

En todo caso, y a la espera de acontecimientos, lo cierto es que Pemex ya ha comenzado a abandonar el astillero de forma visible. Hace dos semanas, el único representante de la petrolera que trabajaba en el astillero como supervisor se despidió de la empresa. 

Subrogación de avales

Además, la paraestatal mexicana ha anunciado su decisión de no avalar ni aportar garantías para las próximas construcciones que Barreras tiene en cartera. Sí lo ha hecho para el crucero de lujo Azora, que Barreras está construyendo para la norteamericana The Ritz Carlton. De hecho, la salida de Pemex del accionariado de Barreras ya habría sido comunicada a los bancos, para que el aval depositado por Pemex (de alrededor de 20 millones de euros) pueda ser subrogado a los nuevos propietarios de la o las participaciones a las que dé lugar la marcha de Pemex

PMI, de Bienvenido Mister Marshall a Corrupción en Miami 

Hace unas semanas, el presidente de México, López Obrador anunció una nueva partida de ayudas, cifrada en 200 millones de dólares, para taponar apenas el 5 % de la deuda que acumula Pemex. Pero, a diferencia de las anteriores Administraciones, el actual dirigente ha ordenado una auditoría a fondo para tratar de limpiar la corrupción que durante décadas se ha ido extendiendo de forma orgánica por toda la petrolera y su red de filiales. 

El encargado de airear y mirar bajo las alfombras de Pemex es su actual director general, Romero Oropeza. Y una de sus primeras misiones ha sido desmantelar la red de empresas off-shore que constituyeron sus antecesores, y que llegó a sumar más de 60 compañías de papel, sin oficinas ni empleados pero con múltiples gastos suntuosos y presuntos actos de corrupción.

Veintiséis de estas sociedades ya han sido extinguidas entre diciembre del 2018 y las primeras semanas de enero,

Los funcionarios de la petrolera inmersos en la operación han explicado en un amplio reportaje publicado por la revista mexicana Contralínea que, a través de estas empresas off-shore, Pemex ha participado en negocios totalmente ruinosos para sus finanzas. Destacan en particular las inversiones realizadas desde PMI como la compra del 51 % de Hijos de J Barreras. La adquisición fue considerada en su día como la salvación de Barreras, porque llegó acompañada de planes de construcción de hasta seis floteles más en el astillero vigués. 

Dice la investigación que «en todos los casos, las decisiones fueron tomadas de forma unilateral por ejecutivos de PMI, con la venia de los altos directivos de la petrolera mexicana: jamás se consultó al Congreso para estas inversiones con capital público, tanto en el extranjero como en México», dicen los auditores.

En este punto se explica la salida de Pemex de Barreras. Para la actual ejecutiva de Pemex, y para López Obrador, la compra de Barreras solo ha aportado pérdidas a la petrolera. Sostienen que el astillero ha estado en números rojos hasta el año pasado y que la operación de los floteles ha resultado ruinosa. Han pagado 180 millones de dólares por cada unidad, una está infrautilizada en Campeche, y la otra no consiguen venderla por 50 millones.