Si a Florentino le interesa el consumidor español, con el mismo empeño ha emprendido la conquista del negocio internacional. La experiencia en el Líbano o en México, donde está presente con doce corners en el Palacio de Hierro, quiere extenderla a otros países de Latinoamérica. Para ello, ya ha puesto el acento en Chile, Colombia, Perú y Ecuador, donde estudia abrir tiendas bajo la misma estructura de alianzas con un socio local.
De hecho, la firma de moda ya comercializa sus prendas en más de 25 países entre los que figuran Portugal, el Reino Unido, Francia, Suiza Camboya y Filipinas, recuerda su director de Expansión. Con más de 15 millones de facturación y una plantilla que supera los 250 trabajadores, Florentino mantiene vivo el espíritu de la compañía. Pese a los años de cambio que atraviesa el comercio minorista, donde el sector low cost acapara los mayores porcentaje de ventas, el segmento de población de nivel medio-alto al que va dirigida la producción de Florentino «sigue teniendo su hueco». «Buscamos el producto de calidad», asegura el hijo del fundador.