El día en el que el salario mínimo subió a 900 euros se perdieron 125.000 empleos

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Europa Press

El Gobierno desvincula la medida de la abultada caída de la afiliación en enero

31 jul 2019 . Actualizado a las 16:09 h.

El 2 de enero, el primer día laborable del año, entraba en vigor la subida del salario mínimo hasta los 900 euros, un incremento del 22,3 %, el mayor en más de cuarenta años de democracia. Y esa misma jornada, según los datos publicados este lunes, la Seguridad Social perdió cerca de 125.000 afiliados (124.470, para ser concretos).

Casualidades de la vida, es la misma cifra de puestos de trabajo que el pasado viernes auguraba el Banco de España que desaparecerían a consecuencia de ese incremento de las nóminas de los trabajadores más precarios. Pero, ¿se puede atribuir ese descenso del empleo al repunte del SMI? ¿Hay causalidad o solo correlación (ya saben, aquella falacia del post hoc ergo propter hoc, en la que se da por hecho que porque una cosa pase después de otra ya está causada por aquella)?

De momento es pronto para sacar conclusiones. En primer lugar, porque hay que esperar a tener más datos que detallen en qué estratos salariales estaban esos afiliados que perdieron el empleo el primer día del año, y también si se trataba de puestos estables o solo de refuerzos para la campaña navideña, que esos días (ya en la semana de Reyes) entraba en su fase final. De momento, las cifras que hay arrojan mensajes contradictorios. Porque, por un lado, es cierto que esos 125.000 cotizantes perdidos es el peor balance del primer día laborable de los últimos tres años, y duplica el saldo de la misma jornada del ejercicio anterior (59.200). Pero también es cierto que en el 2016, cuando ya se había iniciado la fase de recuperación económica, el 2 de enero registró una mayor destrucción de empleo, con 134.000 afiliados menos en un día.

Pero, además, hay que ampliar un poco el foco. Porque para entender ese dato del primer día de enero hay que ver también qué pasó el último laborable de diciembre. En este caso, a efectos de los registros de la Seguridad Social, esa jornada fue el 28 de diciembre, el último viernes del mes (el 31, lunes, era no laborable en muchos organismos públicos). Ese día, el saldo entre altas y bajas de cotizantes arrojó una pérdida de algo menos de 39.000 afiliados, un dato muy bajo si se compara con los 61.000 y los 70.000 que se perdieron en las últimas jornadas laborables del 2018 y del 2017 (que cayeron en 29 y 30 de diciembre, respectivamente). De esas cifras se podría deducir que muchas empresas optaron por no dar de baja a los empleados temporales antes de que pasara el fin de semana previo a Fin de Año, muy fuerte en el comercio y la hostelería, lo que habría provocado que esos ceses se aplazasen a la primera jornada del año.

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Un enero malo como todos

En esa línea apuntaban este lunes los responsables del Ministerio de Trabajo, que rechazan que se pueda establecer una relación entre el incremento del salario mínimo y los malos datos de afiliación de enero (204.865 cotizantes menos en el conjunto de España, 13.737 de ellos en Galicia), que atribuyen al fuerte componente estacional de la economía española y a la compensación de los buenos registros del mes anterior, que con 78.541 nuevos puestos de trabajo fue el mejor diciembre para el mercado laboral de los últimos once años.

«No sé si a finales de año podremos encontrar algún tipo de correspondencia entre afiliación y subida del SMI, pero ahora mismo la correspondencia no existe», enfatizó el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, que pidió que «no se establezcan relaciones que no existen para apuntar argumentos a mecanismos ideológicos». Una afirmación que reforzó recordando la evolución de la afiliación en los meses de enero de los últimos años, como en el 2016, cuando con una subida del salario mínimo de solo un 1 % se perdieron también 204.000 cotizantes en el arranque del año.

No coinciden con esas explicaciones en la agencia de calificación Moody’s, que en un informe apuntala la idea de que el aumento del SMI afectará a la creación de empleo, principalmente a los jóvenes, ya que las empresas tenderán a reducir el número de contrataciones para contener los costes. Eso sí, no se atreve a poner cifras, como hicieron el Banco de España o la AIReF, por «el alto grado de incertidumbre» que hay sobre la medida, a la que también le saca el lado positivo: los hogares podrán dedicar parte de ese incremento de renta a reducir su deuda, amortizando anticipadamente los préstamos pendientes.

El fin de la campaña navideña golpea al comercio y la hostelería

Como es habitual en enero, el comercio y la hostelería fueron los sectores que más empleo destruyeron, con la pérdida de 39.000 y 38.000 puestos de trabajo, respectivamente. La explicación, el fin de la campaña navideña, que se lleva por delante los miles de contratos de refuerzo firmados entre noviembre y diciembre para atender el pico de actividad en las fiestas. Aunque los movimientos son similares a los de otros años, las cifras han sido más abultadas en este ejercicio: en enero la caída de la afiliación ha sido un 15 % más abultada que en el mismo mes del 2018.

En Galicia, donde la ocupación cae de nuevo por debajo de la barrera del millón de cotizantes, ocurre lo mismo. Se perdieron 1.750 empleos más que en enero del año anterior y el descenso en términos relativos fue superior al registrado en el conjunto del Estado, ya que en la comunidad causaron baja casi el 1,4 % del total de afiliados, frente al 1,1 % del promedio español. En Galicia llama la atención la fuerte caída en el régimen de autónomos, con 1.360 trabajadores por cuenta propia menos que en diciembre.

La intensa destrucción de empleo en enero provocó la consiguiente subida del paro registrado en las oficinas del antiguo Inem. El mes pasado se inscribieron 83.464 nuevos demandantes de empleo, lo que deja la cifra total en 3.285.761, mientras que en Galicia se anotaron 5.505 nuevos parados, hasta los 174.800. Si en España hay que remontarse al 2014 para encontrar un dato peor en el primer mes del año, en Galicia solo hay que retroceder al 2017.

Pese a las malas cifras de enero, el desempleo se redujo un 5,5 % en España en el último año y casi un 8 % en la comunidad.

La contratación crece menos en Galicia, pero es más estable

Pese a que el balance del mes muestra una pérdida de empleo, la contratación volvió a crecer en enero, lo que evidencia la precariedad que todavía aqueja al mercado laboral. Lo hizo con más fuerza en España (donde repuntó un 6,2 %) que en Galicia (2,7 %), aunque en la comunidad aumenta a mayor ritmo el empleo indefinido (7,7 frente a 4,8 %), que sigue siendo residual (apenas uno de cada diez nuevos contratos se firman sin fecha de caducidad).

«Mes tras mes, os postos de traballo creado teñen data de caducidade», analizó Maica Bouza, secretaria de Empleo en CC.OO.-Galicia, para quien los datos del mercado laboral muestran que Galicia «non é un lugar atractivo nin para desenvolver un proxecto de vida nin para atraer investimentos empresariais, como demostran a continuada caída da poboación activa». «Persistir na actual política do PP converterá a Galicia nun deserto empresarial e nun xeriátrico», concluye.

Desde la Xunta, su vicepresidente Alfonso Rueda defendió que no se pueden sacar conclusiones por la evolución de un solo mes que, como enero, es tradicionalmente malo para el mercado de trabajo. «Aínda hai moita xente que segue buscando emprego, pero tamén a tendencia o que nos demostra é que [os datos] melloran moitísimo se os comparamos ano a ano», afirmó, en declaraciones recogidas por Marcos Gago.

Por su parte, la CEOE entiende que los datos de paro, contratación y afiliación a la Seguridad Social de enero evidencian «el proceso de desaceleración gradual en el ritmo de recuperación de la economía y del empleo que vienen anunciándose». «Todos sabemos que enero es un pésimo mes para el empleo, pero no esperábamos estos datos», apuntó Lorenzo Amor, presidente de la organización de autónomos ATA, que apostilló que «alguien tiene que examinar por qué algunas medidas no están ayudando al mantenimiento de la creación de empleo».