Torres actuará «sin contemplaciones» en el caso del espionaje del BBVA

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Emilio Naranjo

El banco ganó 5.324 millones en el 2018, un 51 % más, por la venta de la filial de Chile

01 feb 2019 . Actualizado a las 19:53 h.

El BBVA ganó el año pasado 5.324 millones de euros, nada menos que un 51,3 % más que el ejercicio anterior, gracias, principalmente, a la venta de su filial en Chile (633 millones de plusvalías) y a las menores provisiones, pese a que las turbulencias en el tipo de cambio de los países en los que opera -como Turquía o Argentina- se tradujeron en una caída del 6 % en sus ingresos. Sin embargo ayer, durante la presentación de los resultados anuales -la primera a cargo de Carlos Torres como nuevo presidente del banco- las cifras eran lo menos importante. Todo el interés estaba centrado en el escándalo de las escuchas supuestamente encargadas al excomisario Villarejo por Francisco Gonzalez (FG), presidente del banco durante las últimas dos décadas, y si su sucesor tomaría alguna medida inminente, como se le reclama desde todos los ámbitos (desde el BCE, al Gobierno, el resto del sector o algunos accionistas), para atajar el coste reputacional del caso.

Después del absoluto secretismo con el que la víspera se desarrolló el consejo de administración que aprobó las cuentas y que, en teoría, también debía abordar el futuro de FG como presidente de honor del banco y de la fundación tras el escándalo, Torres pidió calma y dar tiempo a que concluya la investigación «profunda y exhaustiva que está siendo realizada por terceros», concretamente por PwC y los despachos Uría y Garrigues.

Aseguró que entonces, con los resultados ya cerrados -algo que se demorará «unos meses»-, el banco actuará con «absoluto rigor y diligencia». «En función de los resultados, salga lo que salga, actuaremos con tolerancia cero y sin contemplaciones», insistió, para argumentar que tomar algún tipo de medida antes supondría «prejuzgar» unos hechos «que ni siquiera se ha probado que sean ciertos».

La «conciencia tranquila» de FG

Torres también explicó que había hablado con González y que le había asegurado que «no sabía nada» del presunto espionaje. «Tiene la conciencia tranquila», comentó el máximo responsable del banco, para añadir un contundente «eso es lo que me transmite y yo le creo».

Esta confianza en quien le designó como su sucesor al frente de la segunda entidad financiera del país la basó en el hecho de haber trabajado con González «mano a mano diez años en los que demostró que es una persona de principios».

Torres también negó que vaya a pedir la dimisión de FG como presidente de honor del banco y de la fundación, argumentado que no era nadie, ni le correspondía pedir la renuncia «de nadie». Sin embargo, admitió que «de ser ciertas las noticias que se han publicado desde el 9 de enero que tienen que ver con el BBVA y otras empresas y personalidades, serían cuestiones muy graves, deplorables, que son diametralmente opuestas a lo que el banco representa, a los valores y la ética que siempre han caracterizado a BBVA», por lo que la entidad -de demostrarse el espionaje- adoptaría medidas contundentes.

Entre ellas, Torres no descartó la posibilidad de dejar a FG sin parte de la retribución variable que le resta por percibir o incluso pedirle el reintegro de parte de lo ya cobrado, en aplicación de una cláusula (la clawback) que tienen todas las entidades en aplicación de la normativa europea para protegerse de casos de mala praxis. El presidente, que hizo una encendida defensa de la figura y el legado de FG, negó que el adelanto en la marcha de su predecesor fuera a causa del caso Villarejo: «Planificó su salida con muchísimo tiempo».