El 94% del empleo que se creó en Galicia el año pasado es indefinido

Gabriel Lemos REDACCIÓN

ECONOMÍA

CESAR TOIMIL

El incremento de la ocupación en 32.300 personas es el mejor dato desde el 2006

29 ene 2019 . Actualizado a las 19:41 h.

Dos son las principales conclusiones que deja la encuesta de población activa (EPA) que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística. La primera, que al contrario de lo que avanzaban los tambores de la desaceleración económica (y los registros de afiliación a la Seguridad Social), la creación de empleo no solo no se resintió sino que pisó el acelerador en el 2018. El año pasado se cerró con 566.200 nuevos ocupados en el conjunto de España (hasta superar los 19,5 millones de trabajadores en activo), el mejor dato de los últimos doce años. De esos puestos, 32.300 corresponden a Galicia, donde el mercado laboral registró también su mayor avance desde el 2006, en la antesala de la crisis económica, que deja el total de ocupados en la comunidad en 1.088.100 personas. Y eso, a pesar del pinchazo experimentado en el último trimestre del ejercicio, en el que a pesar del tirón que ejerce la campaña navideña no solo en el comercio o la hostelería, sino también en actividades como la industria y la logística, se perdieron 8.400 empleos en Galicia (la mitad, eso sí, del saldo negativo registrado entre octubre y diciembre del ejercicio anterior).

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Pero, además del buen dato cuantitativo, la EPA publicada ayer deja alguna pincelada de recuperación también en lo que respecta a la calidad del empleo, especialmente en el caso gallego. Y es que de los más de 34.000 nuevos trabajadores asalariados que se incorporaron al mercado laboral en la comunidad el año pasado (la cifra es mayor que el repunte de la ocupación porque, frente al aumento del empleo por cuenta ajena, cayó el número de autónomos -1.300 menos- y de personas que ayudan en la empresa familiar -2.000 menos-), la inmensa mayoría, un 94 %, lo hicieron con empleos indefinidos.

No solo es que los contratos se firmen sin fecha de caducidad, sino que la mayoría recogen también jornadas de trabajo completas (como ocurre con 23.600 de los nuevos asalariados fijos, frente a 8.700 fichados a tiempo parcial).

En cuanto al perfil del nuevo ocupado gallego, se correspondería con el de un hombre (fueron 16.700 los que encontraron empleo, mil más que las mujeres que se incorporaron al mercado laboral en la comunidad) que se colocó en una empresa privada (apenas el 5% de los nuevos asalariados están a nómina de la Administración) perteneciente al sector servicios.

Esta rama, que engloba actividades como el comercio o la hostelería, pero también la informática y la educación, incorporó a 39.900 trabajadores el año pasado en la comunidad, un crecimiento del 5,4% (más de dos puntos por encima de la media). Solo la construcción, con 1.300 nuevos ocupados en el año, consiguió cerrar el ejercicio también en positivo, puesto que tanto la industria como el sector primario (agricultura y pesca) destruyeron empleo en el 2018, con 3.600 y 5.400 trabajadores menos que cuando arrancó el ejercicio. Un bache, el de la industria, especialmente preocupante, puesto que generalmente se trata de empleos de alto valor añadido y que, a diferencia de los servicios, más proclives a los altibajos, son difíciles de recuperar cuando se pierden.

Por perfiles concretos, el desglose de la EPA muestra que los profesionales de la salud (6.200 ocupados más), los transportistas (5.600) y los soldadores y chapistas (5.400) fueron los profesionales más demandados el año pasado en Galicia, mientras que los propietarios de pequeños negocios acusaron la crisis del comercio, que provocó que 6.500 de ellos perdieran el empleo.

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El paro baja al nivel más bajo de los últimos diez años

El mayor ritmo de creación de empleo y la mejor calidad de los nuevos puestos de trabajo favorecieron que el paro mantuviese la senda descendente de los últimos años. En concreto, entre octubre y diciembre la cifra de desempleados se redujo en 4.100 personas en Galicia, hasta los 148.900, lo que supone 33.200 menos que a finales del 2017 (una caída que supera en un 50% la registrada en el ejercicio anterior).

De esta forma, la tasa de paro en la comunidad desciende hasta el 12%, el registro más bajo de los últimos diez años (hay que remontarse al último trimestre del 2008 para encontrar un dato más bajo) y casi dos puntos y medio por debajo de la tasa estatal (14,45%). En el conjunto de España, fueron 462.400 las personas que abandonaron el desempleo el año pasado.

¿Por qué el paro baja menos de lo que sube la ocupación en el conjunto del país? Porque el resto de los puestos creados y en los que no se colocaron trabajadores en paro fueron ocupados por personas que hasta ese momento no estaban buscando empleo, lo que provocó que la población activa (suma de ocupados y parados) aumentase en 103.800 personas el año pasado.

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Mejora la situación familiar

Esa mejoría en el mercado laboral se traslada también a los hogares. De acuerdo a la información de la EPA, las familias gallegas en las que todos sus miembros en edad de trabajar están ocupados aumentaron en 21.000 en el último año (un repunte del 3,6%) y ya suponen más de la mitad del total (un 55%). La tendencia contraria se registra en aquellos hogares que tienen a todos sus integrantes en paro, que eran en diciembre 11.900 menos que un año antes. Pese a esta recuperación, todavía hay 54.200 en las que ninguno de sus miembros consiguen ocupación.

Lo que sí crece, fruto de la crisis demográfica que vive la comunidad, es el número de familias donde no hay ninguna persona en edad o con voluntad de trabajar: son ya más de 350.000, un 1,7% más que doce meses atrás.

Los mayores de 45 años copan ocho de cada diez nuevos puestos en Galicia

Uno de los datos más llamativos que deja esta última EPA es que es el colectivo que más difícil lo tiene para encontrar empleo o cambiar de empresa el que ha ocupado más de la mitad de los nuevos puestos de trabajo creados el año pasado. Así, de los más de 560.000 trabajos generados en el 2018, casi 310.000 (más del 54%) han ido a parar a mayores de 50 años. Y, más específicamente, casi 222.000 empleos han sido para los que superan la barrera de los 55 años, lo que supone un incremento del 7%, más del doble que el crecimiento global del empleo, que rozó el 3%.

La tendencia se replica en Galicia, donde ocho de cada diez nuevos ocupados tienen más de 45 años. De ellos, la mitad han cumplido ya los 55. Una evolución mucho mejor que la del empleo joven, ya que en la comunidad solo se crearon 900 puestos de trabajo para menores de 25 años, mientras que el colectivo que está entre esa edad y los 34 años vio bajar incluso su nivel de ocupación.

Aunque estas cifras pueden parecer contradictorias en un principio, no lo son, puesto que detrás de ellas subyace el progresivo envejecimiento de la población española. «Detrás de estos datos se puede ver un patrón demográfico muy claro», explica Valentín Bote, director del centro de estudios Randstad Research, quien considera que en torno a la mitad de esos más de 300.000 empleos adicionales en la población que supera los 50 años se explican por el envejecimiento; es decir, lo que sucede es que gente que ya estaba ocupada pasó el año pasado a la franja de edad siguiente, incrementando el volumen de empleo en esta.

Todo esto lo corrobora el hecho de que en el 2018 la población entre 50 y 65 ha crecido en 212.000 personas y, de igual manera, la población activa de esa edad también ha aumentado en unos 210.000. «Una parte de ese empleo es genuino, pero por otro lado hay un efecto que es consecuencia del envejecimiento de los trabajadores», concluye el experto.

Menor dinamismo este año

Pese al optimismo con el que acogió el dato de creación de empleo del 2018, el Gobierno enfrió las expectativas para este año. La secretaria de Estado de Economía, Ana de la Cueva, advirtió que la reducción del déficit hasta el objetivo del 1,3% del PIB con el que se han elaborado los Presupuestos ralentizará la economía y repercutirá en la creación de empleo y en la reducción del paro.