Sin tiempo para recaudar los 2.000 millones de las tasas Google y Tobin

m. m. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL DIAZ | Efe

Los dos nuevos impuestos podrían no entrar en vigor hasta la segunda mitad del año

19 ene 2019 . Actualizado a las 09:39 h.

El Gobierno de Sánchez dio por fin este viernes luz verde al nuevo impuesto que gravará a las multinacionales digitales, hasta ahora en un limbo legal que aprovechaban para pagar menos al fisco que las empresas tradicionales. No es otra que la conocida popularmente como tasa Google. Una idea que Bruselas patrocina y que el Ejecutivo de Rajoy ya había puesto sobre la mesa.

Manejaba entonces Montoro una previsión de ingresos de 600 millones de euros. Ahora Montero ha ido un paso más allá, incluyendo la nueva tasa digital en los Presupuestos del 2019. Pretende recaudar con él 1.200 millones de euros al año. Pero, el tiempo se le ha echado encima.

Lo propio le ha ocurrido con el nuevo impuesto a las transacciones financieras, con el que, según las previsiones del Gobierno, las arcas del Estado deberían engordar en otros 850 millones de euros.

Y es que, aunque en la tramitación parlamentaria todo fuese sobre ruedas -que no lo parece-, no entrarían en vigor hasta dentro de dos o tres meses. En mayo, posiblemente. Con lo que la recaudación ya no sería la que el Gobierno proclama.

Al tratarse de un proyecto de ley, detalla Colpisa, aunque se aprobara este viernes en el Consejo de Ministros no sale este sábado automáticamente publicado en el BOE, sino que tiene que pasar la tramitación en el Congreso. Superar ese primer escollo es todo un reto. PP y Ciudadanos podrían bloquearlos.

Montero y su equipo confían en que no sea así. Sería «incoherente» dicen. Y argumentan que el Gobierno de Rajoy ya llevaba el impuesto de servicios digitales en el último Programa de Estabilidad y defendió el de transacciones financieras en Bruselas. Pero tal y como está el patio político, todo puede pasar. Una vez superado ese trámite, tendrán que esperar tres meses en la mesa, para poder entrar en vigor. «Por seguridad jurídica», explican en Hacienda.

Con todo ese embrollo, puede que no vean la luz hasta mitad de año, lo que, desde luego, enfriaría, y mucho, las expectativas de recaudación de Montero (2.050 millones entre ambos). No es lo mismo que se apliquen durante todo el año que solo seis meses. Evidente.

Pecan de optimistas

Pero no es solo eso. Es que, además, son muchos los expertos que consideran que el Ejecutivo de Sánchez ha pecado de optimismo en sus cálculos. De hecho, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) cifra la posible recaudación entre 546 y 968 millones para la tasa Google, en lugar de los 1.200 del Gobierno; y entre 420 y 850 millones (el tope de la horquilla coincide en este caso con la expectativa del Ejecutivo) en el caso de la Tobin.

En la misma línea están los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), que también creen que al Gobierno se le ha ido la mano con las previsiones. Entre otras cosas, subrayan también, porque los tributos se han aprobado con un «considerable retraso» Pero, sí valoran positivamente las nuevas figuras fiscales porque ofrecen «una mayor equidad y suficiencia al sistema tributario». En cuanto al impuesto sobre servicios digitales, consideran que será difícil conseguir la información sobre facturación de compañías radicadas fuera de España y recuerdan que las tecnológicas podrán deducirse este tributo en el impuesto de sociedades. Mientras, las patronales tecnológicas han cargado contra el Gobierno por aprobar la tasa Google sin consenso internacional, lo que, a su juicio, supondrá una desventaja competitiva para España, y han advertido de que su coste lo acabarán pagando las pymes, las pequeñas start-up y el consumidor final.

¿Quién pagará y cuánto?

Estas son las claves de los nuevos impuestos.

Tasa Google

El Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales gravará con un 3 % los servicios de publicidad on-line y la venta de datos. Afectará a las compañías que facturen 750 millones de euros a nivel global y 3 millones en España. El texto del anteproyecto de ley ya revelaba -sin dar nombres- quién pagará concretamente el impuesto y quién no. De esta forma, se libera a las empresas que han dado el salto a las ventas por Internet, pero que pertenecían al mundo off-line, como El Corte Inglés, Mercadona o Inditex, entre otras. Tampoco lo pagarán otras digitales como Wallapop porque el Gobierno considera que no hay que gravar a las empresas «dedicadas a las entregas de bienes o prestaciones de servicios que tengan lugar entre usuarios en el marco de un servicio de intermediación on-line» porque la interfaz digital «se utiliza solamente como medio de comunicación».

Tasa Tobin

El nuevo Impuesto sobre Transacciones Financieras gravará con un 0,2 % las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero.

Solo está dirigido a las empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros. No se gravará la compra de acciones de pymes y empresas no cotizadas.

La ministra de Hacienda ya ha anunciado que se trata de un impuesto finalista cuya recaudación irá destinada directamente a la Seguridad Social para pagar pensiones y el sistema de protección social.