Herencias en vida: 82 gallegos beneficiados cada día

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN A. SOLER

Desde que entró en vigor la rebaja fiscal en sucesiones se han triplicado los casos

15 ene 2019 . Actualizado a las 11:56 h.

La Axencia Tributaria Galega (Atriga) tramitó el pasado año 2018 un total de 30.486 autoliquidaciones por pactos sucesorios. Un dato que refleja el número de personas que recibieron bienes por el reparto de una herencia en vida. Esta cifra, la última actualizada y que marca un nuevo récord, es casi tres veces mayor a la registrada justo antes de la reforma del impuesto de sucesiones y donaciones (ISD), que entró en vigor el 1 de enero del 2016, y que deja exentos de tributación los primeros 400.000 euros por heredero. Desde ese cambio fiscal, el número de gallegos que han sido beneficiarios de la distribución de un legado antes de que fallezca la persona se eleva a casi 80.000, según los últimos datos actualizados por Facenda. La proliferación de casos del adelanto de una parte de la herencia en un contexto de ventaja fiscal obedece a varios factores. En primer lugar, permite dinamizar el patrimonio, con la transmisión de propiedades de padres a hijos para que las pongan en valor; también favorece la sucesión en las empresas y, sobre todo, aumenta la libertad del testador a la hora de distribuir los bienes en función de las necesidades de sus herederos.

Los llamados pactos sucesorios: apartaciones y pactos de mejora, dos figuras incluidas en el derecho civil gallego que favorecen las herencias en vida, existen ya desde 1995, pero nunca se habían utilizado con tanta intensidad. De ahí que la clave esté en la rebaja fiscal de sucesiones, que es lo que hace que estas figuras no tengan un trato fiscal tan gravoso como el de las donaciones en el IRPF. A día de hoy, la adquisición vía herencia de un patrimonio por descendientes y adoptados menores de 21 años disfruta de una reducción de un millón de euros, más 100.000 por cada año por debajo de los 21 que tenga el beneficiario, con el límite de 1,5 millones. Si se trata de una adquisición por descendientes y adoptados de 21 años o más y menores de 25, la reducción sería de 900.000 euros, menos 100.000 por cada año más de 21 hasta 24. Finalmente, si se trata de un heredero de 25 o más, el cónyuge, ascendientes y adoptados, la reducción se sitúa en los 400.000.

«No 2018, o incremento anual das autoliquidacións por pactos sucesorios aumentou un 10 % sobre o ano anterior e acadou un novo récord histórico. Pero cómpre lembrar que este indicador xa medrara un 28 % no ano 2017 e outro 75 % no 2016, exercicio no que precisamente entrou en vigor a baixada do imposto sobre sucesións», recuerdan desde Facenda.

Los datos que maneja la Xunta evidencian que la rebaja ha tenido un impacto considerable en la recaudación autonómica. La previsión de ingresos para el recién acabado 2018 en concepto de ISD es de 125,2 millones de euros, mientras que la media de los cuatro años anteriores a la reforma era de 204,7 millones. Esto supone 80 millones menos.

 Un agujero

Esta situación ha llevado a que algunos expertos pongan el foco en la pérdida de capacidad fiscal de la Administración gallega.

«En el 2016, la recaudación fue ligeramente superior a los 136 millones, el 28,1 % del importe total que recaudamos por tributos cedidos; y el 5,7 % de todo el impuesto a nivel nacional. En el

2014, eran 234 millones, el 9,9 % de todo el importe nacional y el 49,1 % de la recaudación autonómica. Es importante ver cómo logra la Xunta tapar este agujero generado», explica Alberto Vaquero, profesor de la Universidad de Vigo.

A la espera de conocer el balance cerrado del 2018, lo cierto es que la Xunta, pese a la rebaja en sucesiones, logró en el 2017 incrementar su recaudación fiscal por vez primera en tres años gracias, en gran medida, a los ingresos generados por la lucha contra el fraude.

El incremento de las herencias en vida no tiene un impacto significativo sobre los ingresos fiscales de la comunidad gallega. La práctica totalidad de las que se producen se benefician de la rebaja en sucesiones, que es la misma que si el beneficiario heredase una vez fallecida la persona.

Facenda insiste en que el efecto sobre la economía es justo el contrario, en el sentido de que las herencias en vida permiten movilizar patrimonio y ponerlo en valor, lo que supone mayor actividad económica y, en consecuencia, mayor recaudación en términos fiscales.

Un atractivo amenazado ahora por un cambio legal

El gran atractivo fiscal de las herencias en vida se encuentra ahora amenazado por la normativa que impulsa el Gobierno central para combatir el fraude fiscal. Básicamente, porque recoge un cambio en el articulado de la ley que regula el IRPF y que hace añicos uno de los grandes atractivos fiscales de los pactos sucesorios gallegos. Tanto la apartación como el pacto de mejora se están utilizando ahora para evitar tributar en el IRPF por las plusvalías derivadas de la venta de una vivienda o unas acciones.

Con la normativa fiscal actual, si los padres ceden los bienes a los hijos mediante un pacto sucesorio, estos los reciben en su patrimonio, normalmente, al valor de mercado, por lo que si luego los venden la ganancia a efectos fiscales es muy inferior a la que tendrían sus progenitores por vender esos activos. Un ejemplo: un matrimonio que compró una casa por ocho millones de pesetas (48.000 euros) hace treinta años, que ahora tenga un valor a efectos fiscales de 180.000 euros, decide ponerla en el mercado. La venta a ese precio deberá tributar en el IRPF por esa ganancia de 132.000 euros. Sin embargo, si se la ceden a un hijo mediante un pacto sucesorio, se entiende que este recibe un bien ya valorado en 180.000 euros. Solo pagaría plusvalía si la vende por un precio mayor.

El Gobierno, con el cambio normativo, quiere que si el bien se transmite antes del fallecimiento de la persona que lega, se tome como valor de referencia el precio que pagó en su día el causante, y no el valor de mercado actual.