Más de un millar de trabajadores de Alcoa se concentran frente a Industria para exigir una solución al Gobierno

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ECONOMÍA

Fran Balado

«Haberá máis manifestacións como esta ou máis grandes. O Goberno ten que buscar solucións. Non valen palmadiñas na espalda», asegura el presidente del Comité de Empresa de la factoría coruñesa, Juan Carlos Corbacho

09 ene 2019 . Actualizado a las 07:09 h.

Más de un millar de trabajadores de Alcoa se concentraron este martes al mediodía en Madrid a las puertas del Ministerio de Industria para exigir una solución ante la amenaza de la multinacional estadounidense del cierre de las plantas de A Coruña y Avilés.

Los manifestantes de estas dos factorías estuvieron respaldados por una representación de trabajadores de la planta de San Cibrao, cuya producción no corre peligro, pero que aún así decidieron viajar a la capital española en señal de solidaridad con sus compañeros.

La concentración estaba fijada para las 11.30, pero desde una hora antes la explanada del Santiago Bernabéu estaba repleta de manifestantes ataviados con chalecos amarillos y naranjas que coreaban consignas como «Fora yanquis, pandilla de mangantes» o «Pedrito, échale huevos», una invitación al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que apueste por la nacionalización de la multinacional norteamericana. Estas consignas se intercalaron con una grabación que los cabecillas de la manifestación reprodujeron en un altavoz con unas recientes palabras pronunciadas por el jefe del Ejecutivo en el Congreso comprometiéndose a solidarizarse con los trabajadores de Alcoa. «Vaia exercicio de hemeroteca», comentaba un manifestante llegado de A Coruña.

Juan Carlos Corbacho, presidente del Comité de Empresa de la factoría coruñesa, exigía una solución inmediata a los responsables políticos: «O Goberno, a Xunta e o Principado, se estiveran desenvolvendo de outra maneira neste proceso, esto non estaría pasando. Aquí vamos a ter que empezar a sinalar a xente como culpable». Corbacho defendió la viabilidad de la producción del aluminio en España. «Non somos un sector productivo en declive, aquí hai demanda. É un barco que funciona e non vamos a permitir que ninguén o estampe contra as rocas. Vamos a seguir loitando. Haberá máis manifestacións como esta ou máis grandes. O Goberno ten que buscar solucións. Non valen palmadiñas na espalda», dijo.

La diputada de En Marea Yolanda Díaz respaldó a los trabajadores concentrados este mediodía en Madrid. «O que lle pedimos a Pedro Sánchez e a ministra de Industria é que empreguen a ferramenta que teñen na súa man, que chámase SEPI. Acaba de facerse exactamente o mesmo en Italia, se está facendo en Italia e en Francia. Aínda que seña de maneira coxuntural, o que ten que facer o Goberno é intervir en Alcoa para poder garantir a producción de aluminio primario. Que actúe. A ministra de Enerxía que deixe de practicar as mismas políticas que o goberno do PP. Pedímoslle unha saída estructural para os prezos da enerxía en España para que as industrias poidan producir. É un sector estratéxico vital para Galicia e Asturias», reclamó entre el ruido de los petardos y un cañón de aire comprimido que no dejó de sonar a lo largo de toda la jornada. Junto a Díaz estaba la diputada de En Marea Ángela Rodríguez y la senadora del mismo grupo Vanessa Angustia. El BNG también se hizo notar a través de su diputado autonómico Xosé Luis Rivas, Mini, que viajó desde Galicia para apoyar la concentración: «A solución pasa pola intervención temporal de Alcoa por parte da SEPI».

También se dejó ver en Madrid la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín (PSOE), que viajó 500 kilómetros para arropar a los trabajadores de su localidad afectados por la amenaza del ERE. Por su parte, el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, se quedó en la ciudad herculina, en donde estos días tiene una intensa agenda de partido.

La concentración fue pacífica y solo se registraron unos pequeños momentos de tensión en el que un grupo de manifestantes se saltó el cordón policial para poder pegarse a las verjas que protegen el Ministerio de Industria, un pequeño forcejeo que se saldó con un par de personas que acabaron por los suelos.