El Gobierno acusa a Alcoa de bloquear alternativas al cierre de las fábricas

F. Fernández LA VOZ

ECONOMÍA

BENITO ORDOÑEZ

La multinacional niega de plano tal extremo mientras sigue negociando los 700 despidos

09 ene 2019 . Actualizado a las 11:21 h.

A medida que se aproxima la hora, se endurecen los discursos, pero siguen sin aparecer soluciones milagrosas que salven a los casi 700 trabajadores de las fábricas de Alcoa en A Coruña y en Avilés. A seis días de que venza el último plazo dado por la multinacional para pactar unos despidos más o menos dignos, decenas de operarios marcharon a Madrid para aporrear las verjas del Ministerio de Industria. Pero su titular, Reyes Maroto, estaba en Murcia, presentando un proyecto de reindustrialización para la comarca en la que se ubica la planta que la cementera Cemex va a clausurar. Desde allí, Maroto volvió a pedir a Alcoa que cambie de opinión, para a continuación pasar al ataque y acusarla de bloquear las posibles «soluciones» para mantener abiertas las plantas. «Le hemos dicho a Alcoa que demore el expediente unos seis meses, lo que nos permitiría buscar alternativas, pero tiene bloqueado un posible acuerdo y si mantiene el bloqueo será responsable de la pérdida de muchos empleos y de la actividad productiva de dos zonas que necesitan esos proyectos», denunció.

Fuentes de Alcoa negaron que la multinacional esté bloqueando nada, aunque mantiene el 15 de enero como fecha límite para pactar los despidos para «minimizar su impacto». Quiere cerrar las plantas porque han dejado de ser competitivas, pero no descarta «estudiar la venta si se presenta una oferta seria y rigurosa», algo que no ha ocurrido, según fuentes de la compañía.

Mientras Maroto le ponía las pilas a la multinacional desde Murcia, el secretario general de Industria, Raúl Blanco, aceptó recibir a representantes los trabajadores que se estaban manifestando fuera. Este encuentro improvisado obligó a cancelar otro que sí estaba previsto, el de negociación del expediente.

Víctor Ledo, secretario de la Federación de Industria de CC.OO. en Galicia, formaba parte de la comitiva. Explicó que Raúl Blanco no desveló gran cosa sobre las gestiones que está realizando el Gobierno para evitar la catástrofe, aunque les aseguró que habrá una solución antes del 15 de enero. Ledo se confesó escéptico al respecto.

Mientras Maroto le ponía las pilas a la multinacional desde Murcia, el secretario general de Industria, Raúl Blanco, aceptó recibir a representantes de los trabajadores que se estaban manifestando fuera. Este encuentro improvisado obligó a cancelar otro que sí estaba previsto, el de negociación del expediente.

Víctor Ledo, secretario de la Federación de Industria de CC.OO. en Galicia, formaba parte de la comitiva. Explicó que Raúl Blanco no desveló gran cosa sobre las gestiones que está realizando el Gobierno para evitar la catástrofe, aunque les aseguró que habrá una solución antes del 15 de enero. Ledo se confesó escéptico al respecto. Avanzó que habían planteado soluciones como adelantar ya medidas para abaratar la factura eléctrica (es uno de los factores que incrementa los costes de explotación de las fábricas).

Blanco no quiso contarles mucho de sus gestiones porque poco después recibiría a directivos de la multinacional en España, con su director general, Rubén Bartolomé, a la cabeza, junto a los consejeros de Industria de Galicia y Asturias, y los sindicatos estatales. Francisco Conde tenía previsto presentar ahí la propuesta gallega para la industria gran consumidora de energía, que pasa por abaratar la electricidad para garantizar su competitividad.

La reunión se mantuvo hasta medianoche y se suspendió para ser reanudada a lo largo de este miércoles.

Esta comisión fue constituida hace semanas para intentar buscar soluciones a la crisis. La ministra Maroto avanzó en sede parlamentaria, hace también semanas, que estaba en contacto con varios inversores interesados en adquirir las plantas.

La venta sería todo un logro

La venta de las fábricas de aluminio sería todo un éxito para los trabajadores, que tendrían así más cerca la posibilidad de mantener sus puestos de trabajo. Y también sería una medalla que se colocaría el Gobierno en la solapa. Como la que ayer se colgó Maroto en Murcia, donde vendió como un logro la colaboración de Cemex en los planes de reindustrialización para Murcia; y como la que también se colocó hace unos meses, cuando anunció que el grupo Network Steel adquiría la planta que iba a cerrar Vestas en León.