El coche europeo, en el punto de mira de Trump

a. l. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

BRENDAN SMIALOWSKI | afp

Europa sigue siendo un blanco fácil para diluir los problemas del presidente de Estados Unidos

07 mar 2019 . Actualizado a las 16:47 h.

Sí, hay tregua, pero cuando los altos el fuego se refieren a Donald Trump solo queda cruzar los dedos. En realidad, cuando el presidente de Estados Unidos está en medio de cualquier meollo, nada depende de ti. En Bruselas son muy conscientes de ello. Tanto, que muchos temen que a la vuelta de las vacaciones de Navidad el inquilino de la Casa Blanca volverá a la carga en su particular guerra comercial con Europa, colocando de nuevo su punto de mira en el vital sector automovilístico, como aseguran fuentes comunitarias de toda solvencia. «Las sensaciones no son buenas, aunque nosotros estamos cumpliendo nuestra parte del trato», aseguran. Todo dependerá de la negociación impulsada con China, pero el runrún sobre una próxima recesión económica en EE.UU. ha disparado las alarmas.

El chivo expiatorio

Cuando Trump tiene problemas en casa, suele decantarse por disparar a blancos fáciles. Y Europa lo es. Hay una fecha clave que marca un antes y un después en esta relación de amor a cuentagotas y odio visceral que el presidente republicano ha mantenido hacia la UE. El 25 de julio, en la Casa Blanca, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, consiguió lo que parecía un imposible: aplacar la ira de Trump arrancando una tregua comercial para diseñar una nueva relación bilateral. Con los cadáveres del acero y el aluminio aún calientes (sufren aranceles del 25 y el 10 % desde el 1 de junio), el sector del automóvil tenía todas las papeletas para ser la siguiente víctima de Trump. Tenía y tiene, ojo. Son palabras mayores. La UE es el mayor exportador de coches del mundo. En el 2017, vendió vehículos a otros países por valor de 132.000 millones de euros. EE.UU. es el principal destino de las exportaciones, con una cuota de mercado del 29 %, que supone 38.000 millones. En segundo lugar, ya a cierta distancia, aparece China con el 17 % de las ventas (22.400 millones) y en tercera posición están Japón y Suiza, con el 6 % cada uno (7.920 millones). He aquí el porqué de las preocupaciones comunitarias, especialmente de Alemania.

Pendientes de China

El ambiente actual está dominado por una extraña calma después de la tregua de 90 días suscrita entre Estados Unidos y China tras el G-20 de finales de noviembre en Buenos Aires. Todos se temían lo peor, pero los dos gigantes mundiales acordaron darse una oportunidad. ¿Cómo? Siguiendo el modelo Trump. ¿En qué consiste? Sencillo: saca su particular espada de Damocles y amenaza con soltarla en un determinado período de tiempo si no le dan la razón. En la actual contienda con China, el ultimátum comenzó a correr el 1 de diciembre y expira el 1 de marzo.