El apetito asiático dispara el tráfico ilegal de anguila de Europa

patrick galey / manon billing PARÍS / AFP

ECONOMÍA

RAMON LEIRO

Angulas capturadas en Europa occidental se llevan al este en camiones y viajan en maletas en avión a Asia

26 dic 2018 . Actualizado a las 12:28 h.

La anguila, una especie en peligro de extinción, es objeto cada año de un tráfico ilegal en Europa valorado en miles de millones de euros, debido en particular al interés culinario que suscita en China y Japón. Las reservas de la anguila europea (Anguilla anguilla) se han desplomado un 90 % en los últimos 30 años debido a factores como la construcción de diques y la contaminación del agua, y los expertos temen que las bandas criminales acaben firmando su desaparición.

Frente a la captura legal e ilegal de centenares de toneladas de anguilas cada año, las autoridades han tomado algunas medidas, como su inclusión en la convención internacional CITES que regula el comercio de especies en peligro fijando cuotas nacionales estrictas.

El principal problema es la explosión de la demanda asiática, donde este pez es considerado a la vez una exquisitez y un afrodisíaco, según Michel Vignaud, director de regulación pesquera de la Agencia Nacional de la Biodiversidad de Francia, que recuerda que la exportación de esta especie fuera de la UE está prohibida.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) señaló que, en el 2016, China produjo casi 250.000 toneladas de anguilas para su consumo, muy por delante de Japón -donde se asocia además con la fertilidad y la buena suerte-, y de la UE. En este último territorio, unas 100 toneladas de alevines de anguila (anguilas de vidrio o angulas) son enviados ilegalmente hacia el exterior, según la agencia europea Europol.

Capturados vivos en Europa occidental, los alevines de anguila son transportados hacia el este en camiones, donde las bandas criminales los colocan en maletas en las que caben hasta 50.000 ejemplares para enviarlos a Asia a bordo de aviones comerciales. Los peces crecen luego en piscifactorías hasta alcanzar su tamaño adulto -hasta 1,50 metros- y acaban siendo vendidos en el mercado por unos 10 euros la unidad.

«Los precios varían, pero estamos hablando de miles de millones de euros. En términos de valor, es el mayor crimen cometido contra una especie salvaje en la Tierra», afirma Andrew Kerr, presidente del Grupo Anguilas Sostenibles, que trabaja para la conservación de la especie.

Reducción de cuotas

Además del tráfico ilegal, grupos como Robin des Bois militan por una reducción de las cuotas de pesca. Según su directora, Charlotte Nithart, la cuota de 60 toneladas anuales fijada en Francia está contribuyendo al declive de la especie. «Queremos eliminar o al menos reducir drásticamente las cuotas de pesca y reforzar los medios para luchar contra el tráfico ilegal», dijo.

En los últimos años, Europol ha llevado a cabo grandes operaciones, como el desmantelamiento en abril pasado por parte de la policía española de una banda de contrabandistas que estaba en posesión de 350 kilos de alevines de anguila.

Pero pese a estas actuaciones y la celebración de varios juicios contra estos delitos, las asociaciones estiman que las penas siguen siendo poco ejemplares comparadas con las que se aplican al contrabando de otro tipo de mercancías.

«Europol puede actuar a nivel aduanero, pero no hay ninguna fuerza de intervención europea para luchar contra el contrabando y los contrabandistas», lamentó Nithart.