La falta de financiación sigue siendo el principal obstáculo para emprender en Galicia

Mario Beramendi Álvarez
MARIO BERAMENDI SANTIAGO DE COMPOSTELA

ECONOMÍA

EUROPA PRESS

La mitad de los abandonos se concentran en las personas que disponen de menos de 20.000 euros anuales

13 dic 2018 . Actualizado a las 11:17 h.

Hay pocas palabras que tengan una mayor presencia en la agenda pública. Congresos, foros, jornadas. El emprendimiento y sus circunstancias son objeto de análisis desde hace ya años en una sociedad que, tradicionalmente, ha preferido la comodidad y el trabajo por cuenta ajena que tomar el camino del riesgo. Algo han ido cambiando las cosas. El 5 % de la población adulta en Galicia se ha implicado en actividades emprendedoras, un porcentaje similar al de países como el Reino Unido o Alemania. Esta es una de las principales conclusiones del informe ejecutivo GEM Galicia 2017, el observatorio de emprendimiento que impulsan tres entidades: la USC, el Igape y la Federación Galega de Xóvenes Empresarios (Fegape).  

El documento, cuyos resultados son fruto de un encuesta, muestra el impacto de la recuperación económica y cómo se ha reducido, por ejemplo, el número de personas que emprenden empujadas por la necesidad, en lugar de hacerlo por apreciar una oportunidad de negocio. Sin embargo, hay limitaciones que siguen condicionando mucho la actividad, aunque haya perdido importancia. La financiación sigue siendo el principal obstáculo para emprender en Galicia, tal y como señalan el 37 % de los expertos consultados. En los años post crisis la proporción era del 50 %, es decir, uno de cada dos encuestados, lo que muestra una mejoría. El informe muestra cómo un importante número de emprendedores potenciales disponen de menos de 20.000 euros de ingresos anuales. Es precisamente en este tramo donde se producen casi la mitad de los abandonos. Concretamente, el 46 % del total. «Dispor dunha maior renda nas fases iniciais axudaría a dar solución á elevada taxa de peche das iniciativas», explica Isabel Neira, directora técnica de GEM Galicia.

El trabajo que se ha presentado esta misma mañana en Santiago también traza un perfil aproximado de cómo es un emprendedor en Galicia. Dos tercios de las personas que se lanzan a poner en marcha un proyecto se sitúan entre los 25 y los 44 años de edad, con una media de 41. Destaca también el incremento en el nivel de estudios de la población que se involucra en las actividades. La FP, por ejemplo, tiene mayor presencia en emprendedores con menos de tres años de actividad. Los que tienen estudios universitarios duplican al resto: un 8 % frente al 4,5 %. El sector servicios y de consumo sigue acogiendo a la mayor parte de las iniciativas.

En cuanto al género, se observa una menor tasa de abandono de empresas entre las mujeres que entre los hombres (un 1,6 % frente al 2,1 %), factor que contribuye a igualar la proporción por sextos en las iniciativas que finalmente lograr consolidarse. Hay también un mayor número de emprendedoras en el rango de edad entre los 35 y 44 años y también son mayoría en el ámbito rural. «Se ben o 7 % da poboación femenina adulta mostra vocación emprendedora nos vindeiros anos, son os factores psicolóxicos asociados ás iniciativas os que lastran o paso definitivo; o temor ao fracaso é do 52 % nas mullleres e do 18 % nos homes. Este factor, cunha menor percepción de oportunidades de negocio, leva a que un importante número de mulleres non emprenda finalmente, a pesar de que a totalidade delas afirma dispor dos coñecementos e habilidades para facelo», explica Isabel Neira. 

El informe GEM muestra que, dentro de los cambios que se aprecian en las nuevas generaciones de emprendedores, se aprecia un mayor número de iniciativas con varios propietarios (42 % frente al 27 %), con mayor presencia y con mayor dinamismo en cuanto a aumentar el cuadro de personal. Casi una de cada cuatro son iniciativas innovadoras y el 37 % dispone de tecnología nueva o reciente. Esta es, quizá, la parte más positivas: proyectos orientados a actividades de mayor valor añadido, en sectores como menos competencia (al contrario de lo que sucede en los servicios) y con mayor vocación exportadora.