Los 82 trabajadores de Isowat, pendientes de una oferta de compra que no acaba de fraguar

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Están en manos de un administrador concursal desde mayo y se le adeudan nóminas de los últimos tres meses

14 ene 2019 . Actualizado a las 22:30 h.

La quiebra de Isolux, hace año y medio, fue el principio del fin para el grupo gallego Invertaresa, dedicado a la construcción y la energía. Este se quedó sin uno de sus principales clientes y con una deuda de aúpa (en torno a 100 millones de euros) que acabó ahogándolo. Su propietario, el empresario coruñés Roberto Díaz Rincón, tiró la toalla en mayo, cuando solicitó el concurso de acreedores para todas las compañías del grupo, que sumaban unos 300 trabajadores. La principal, Isowat, cuenta con dos fábricas, en Medina del Campo (Valladolid) y en A Coruña. La primera, con un centenar de operarios, está cerrada. La segunda, aún no, pero está gestionada por un administrador concursal que trata de buscar una salida digna a la planta. A ella acuden cada día 82 empleados. Cándido López Gorostiaga, de 54 años, es uno de ellos y, además, preside el comité de empresa.

CESAR QUIAN

La plantilla acude puntual al trabajo aunque este escasee, porque así mantiene el derecho a seguir cobrando sus nóminas y a percibir una indemnización en caso de catástrofe. Aunque el pago de salarios no está al día. Según aclara López, hace dos semanas cobraron agosto y la mitad de septiembre. El resto, cuando el administrador concursal consiga más ingresos por la venta a cuentagotas de activos de la compañía. Además, tienen pendientes febrero, marzo y abril de este año, los meses previos a la solicitud de concurso de acreedores. Pero los trabajadores acaban de recibir los certificados del Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) con los que podrán recibir esos atrasos: alrededor de 4.000 euros por trabajador, avanzó López Gorostiaga.

A pesar de lo apurado de la situación, la plantilla está esperanzada, porque hay un posible comprador de la fábrica coruñesa que se dedica al diseño e ingeniería, fabricación y suministro de material eléctrico y de contadores y aparatos de medida.

El presidente del comité explica que se trata de una compañía del mismo sector que Isowat, que está interesada, pero que todavía no ha presentado el ansiado plan de negocio para salvar la planta. Esperaban que lo hiciese ayer ante el administrador concursal, pero la cita se ha retrasado. Cándido López no quiere echar las campanas al vuelo. Hasta que no lo vea, no lo cree. De hecho, la plantilla ya asistió a un primer intento frustrado de compra por parte, precisamente, de la renacida Isolux, ahora llamada Lantania, que quedó descartada al no presentar siquiera un plan de viabilidad para Isowat.

Pero López Gorostiaga confía en que esta vez sí prospere la operación y se salve la planta y la mayor parte de los empleos.

El administrador concursal ha presentado al juez un plan de liquidación de Isowat. Cuando lo apruebe, y si no hay comprador, la fábrica saldrá a subasta pública. «Pero preferimos venta», avanza Cándido López.

Los 82 operarios de la empresa tienen una edad media de 45 años y llevan varias décadas en plantilla. El presidente del comité explica que desde que se desató la crisis han dejado la empresa unas siete u ocho personas.

El Gobierno central está involucrado en la búsqueda de un comprador para la planta de Isowat en Medina del Campo. En este sentido, los gallegos se sienten un tanto olvidados por la Administración central, denuncia Víctor Ledo, responsable de la sección de industria de CC. OO. en Galicia.