Galicia gana peso en el panel español de proveedores del sector aeroespacial

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

REGIS DUVIGNAU | Reuters

La participación de empresas del metal, ingeniería y sistemas en los principales proyectos dispara su negocio un 4,5 %

06 dic 2018 . Actualizado a las 14:56 h.

La industria aeroespacial gallega arrancó el 2018 con contratos firmados para participar en los principales programas lanzados por los cinco mayores constructores aeronáuticos del mundo: el consorcio europeo Airbus, el estadounidense Boeing, la planta portuguesa del brasileño Embraer, el canadiense Bombardier y el gigante estatal chino Comac.

En la cartera de pedidos figuraba también el cohete espacial europeo Ariane 6 y otros proyectos que, a punto de cerrar el ejercicio, se traducen en un volumen de negocio estimado de 225 millones de euros, un 4,5 % superior al año anterior, según datos de la patronal Tedae (Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio), que otorga a Galicia un 2 % de peso en el conjunto de una industria que este año rondará los 11.200 millones de facturación.

No es un sector fácil. De esto hablaron ayer los empresarios asistentes a la presentación de la agenda sectorial de la industria aeronáutica elaborada junto al Ministerio de Industria, un acto que las compañías aprovecharon para pedir a la ministra Reyes Maroto un mayor apoyo de las Administraciones.

La nueva agenda sectorial tiene como objetivo duplicar la facturación del sector (casi 9.000 millones, sin contar Espacio y Defensa, en el 2017) hasta alcanzar el 1 % del producto interior bruto el 2025 (actualmente se sitúa en el 0,77 %)

La competencia es feroz, los pedidos de componentes de los grandes constructores se licitan a nivel global y, además de las rigurosas certificaciones, los constructores exigen precios competitivos. Aunque despacio, e incluso por detrás de muchas comunidades (Andalucía, Madrid o Castilla-La Mancha son las grandes referentes), Galicia no lo está haciendo mal.

Así lo afirmó el presidente del Consorcio Aeronáutico Gallego, Enrique Mallón, que acudió al acto del ministerio en representación de la industria gallega. «El sector necesita seguir incrementando su participación en nuevos proyectos y Galicia puede crecer mucho en la aeronáutica mundial. Estamos presentes en proyectos en China, Seattle [EE. UU.], Canadá o Bélgica; y nuestras empresas ya trabajan para todos los fabricantes mundiales y para los principales proveedores del primer nivel», explicó.

Según los datos que presentó Tedae, las previsiones de crecimiento son muy favorables para el transporte aéreo. Se sitúan en el 4,4 % anual en las próximas dos décadas, y diversas estimaciones calculan que en el 2035 se necesitarán más de 30.000 nuevas aeronaves comerciales.

La carrera que mantienen Airbus y Boeing por liderar el negocio aeronáutico mundial favorece unos planes de construcción muy ambiciosos, que cuentan con un panel de más de 6.000 proveedores de componentes de todo el mundo, entre ellos los gallegos Delta Vigo, Coasa y, en menor medida, Laddes Work, Utingal...; así hasta una docena larga de auxiliares certificadas.

Aviones y cohetes

Solo Delta Vigo tiene cerrados contratos para nueve modelos diferentes de aviones.

Por volumen, los mayores paquetes adjudicados son para los modelos A-380 y A-330 de Airbus, pero también participan en los Boeing B-737 y B-787, este último producido en Charleston (Carolina del Sur).

La canadiense Bombardier, en plena expansión de su modelo comercial CS 300, de 160 plazas, también está entre los clientes a los que se acaba de incorporar Comac con el proyecto C9 19, que es la apuesta de China para competir con Boeing y Airbus. Cerró el 2017 con 30 millones facturados y 184 empleados.

Coasa también ha visto incrementada este año su carga de trabajo. La filial ourensana del grupo Aernnova fabrica dos componentes del modelo A-320 Neo, del que China ha pedido 180 unidades (se suman a las 80 para la mexicana Volaris y las 250 para la aerolínea india Indigo): las puertas del tren de aterrizaje y los spares (repuestos) del estabilizador horizontal. El contrato incrementará la actividad también de sus auxiliares Utingal y Laddes Work.

Además de los proyectos aeronáuticos, Delta y Utingal están inmersas en el desarrollo del cohete europeo Ariane 6, cuyo lanzamiento está previsto para el 2020.