«El anuncio de cerrar Endesa crea mucha incertidumbre en As Pontes»

Álvaro Alonso Filgueira
álvaro alonso AS PONTES / LA VOZ

ECONOMÍA

04 dic 2018 . Actualizado a las 18:19 h.

Basta con conducir unos minutos por la autovía AG-64 (Ferrol-Vilalba) para cerciorarse de todo lo que mueve la central térmica de As Pontes. Camiones de carbón vienen, camiones van. Y eso es solo una pequeña parte de lo que la instalación supone para la comarca. Por eso, el anuncio del secretario de Estado de Energía, que marcó su defunción para antes del 2030, ha caído como un jarro de agua fría. Entre los trabajadores de Endesa, entre las auxiliares y entre los vecinos de la villa. «Son palabras que no sientan bien aquí y que han creado mucha incertidumbre», expresa Antonio Pico, uno de los trescientos empleados de la térmica, que va para cuatro décadas de experiencia. Antonio habla indignado a un paso de las obras que se iniciaron a finales del 2017, con una inversión de más de 200 millones, que son el principal escudo protector para la central. Con ellas, el nivel de emisiones estará bajo los parámetros que exige la Unión Europea y, según las previsiones de la compañía, alargarán su vida útil hasta el 2045.

«El Gobierno hoy dice una cosa y mañana otra. Aquí se está haciendo una gran obra y no se puede hacer un anuncio tan imprevisible, no contábamos con esto», añade el trabajador. Allí, desde su camión, Iván cree que «no va a cerrar cuando dicen, si no, no harían semejante inversión», comenta el empleado de Armacón. «Sí que hay un runrún en todo el pueblo, fue una sorpresa tremenda», agrega el operario de otra auxiliar desde su furgoneta. El más contundente, a través del teléfono, es Manuel Bouza, Cholo, presidente de la Asociación del Colectivo de Transporte de Carbón, un negocio del que dependen al menos doscientas familias. «Es algo imposible, no tiene credibilidad ninguna. As Pontes y el resto de la comarca están preocupadísimos. Sé que no es posible, pero ya solo con las palabras, hacen daño al pueblo, es una auténtica barbaridad y un exceso en todos los sentidos decir algo así», argumenta. «Jamás vi a un Gobierno decir tantas animaladas en tan poco tiempo y van a tener que acabar dando marcha atrás», concluye. Mientras, en el exterior del bar Segunda Cueva, en el centro de As Pontes, cuatro personas debaten sobre el posible cierre anticipado. Son, precisamente, cuatro hombres vinculados a Endesa, bien jubilados, bien prejubilados. «Es una noticia nefasta que no puede ser verdad. La central ha estado continuamente mejorando y cumple con todas las exigencias medioambientales. Todavía recuerdo cuando en 1978 dijeron que no duraría más de 20 o 25 años, y aquí estamos», dice Juan Gómez. En opinión de Fernando Taboada, ha sido una información que «se dice rápido, pero para el pueblo es fatal». «Por culpa de esas palabras, las inversiones se pueden frenar o las propiedades perder valor. Ha habido demasiada precipitación por parte del Gobierno», subraya. A su lado, Juan Pico considera que es «otro globo sonda más» y que el ministerio «se está pasando». «Endesa es la pieza más importante de la cadena económica de As Pontes», añade. Además, Ignacio Valera opina que «no se puede dar una noticia así de repente» porque la central «está en todos los sitios», desde los propios trabajadores hasta el comercio. Así lo confirma María José Ramos, propietaria de la tienda de ropa Vilaboy: «Una amenaza sobre el cierre del motor comercial nos cae como un jarro de agua fría. Somos totalmente dependientes y es normal que la gente se asuste. Por su parte, Marisol Jarel, de la carnicería Elías, deja claro que «gracias a los empleados y retirados» hay gasto en la villa.

«En 1978 dijeron que la central no duraría más de 20

o 25 años, y aquí estamos»