Valentín Pich: «Repensar el sistema fiscal español no es necesario, es imprescindible»

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

NACHO GALLEGO

El lío del impuesto de las hipotecas no habría pasado si se hubiera reformado ya la financiación autonómica, sostiene

15 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich (Barcelona, 1953), participa mañana en la clausurara de las terceras Jornadas de Auditoría y Contabilidad en Galicia, que desde hoy se celebran en el auditorio Abanca, en Santiago, y que reúnen a los mayores expertos en la materia.

-El crecimiento de Alemania se ha contraído por primera vez desde el 2015 y el de la eurozona frena. ¿Debemos preocuparnos?

-Ya tenemos asumido que la perspectiva de crecimiento es peor ahora de lo que lo era a principios de año. Ya sea por tensiones políticas o por otros motivos, no se crece al mismo ritmo. ¿Preocuparnos? Bueno, hay una realidad que a mí sí me preocupa, y es que, a pesar de que llevamos cinco años creciendo con fuerza, no hemos logrado reducir la deuda ni tampoco el déficit por debajo del 3 %. Socialmente nos hemos convencido de que es el momento de volver a gastar. Y, sin dramatizar, eso me preocupa. Tenemos elecciones próximas y eso no facilita una reflexión sobre lo principal, que es cómo atraer capital y ahorro que hagan una sociedad más eficiente y que genere excedente, mejores empleos y salarios.

-¿Ve recesión en el horizonte?

-España está creciendo mucho. Y hemos hecho mucho también para mejorar. Una sociedad con el 20 % de paro estaba mentalmente muy predispuesta a hacer cambios, porque le vimos las orejas al lobo. Pero el calendario electoral no ayuda a que hagamos lo que tenemos pendiente. Hasta ahora la agenda social la ocupaba el paro, pero toca abrir el foco. No podemos multiplicar por tres la deuda y los incrementos bruscos de impuestos afectan mucho. La necesidad de dinero, de inversión del sector público en los próximos años, va a ser inmensa (pensiones, vivienda, dependencia), porque en la crisis se tiró de la deuda para evitar que todo estallara, pero ahora ya no sirve esa receta. Es difícil.

-Subida de pensiones, nuevos impuestos, automoción no contaminante... ¿Van en la dirección correcta o son un tiro en el pie?

-Insisto: estamos inmersos en unos procesos electorales y esta clave hay que tenerla en cuenta. Dicho eso, hay que marcarse objetivos en la transición energética, claro, lo hace toda Europa. Pero hay que plasmarlo en un papel. Y, de momento, poco más hay que los meros anuncios.

-Y del sainete del impuesto de las hipotecas, ¿qué opina?

-El de actos jurídicos documentados es un impuesto que, si tuviéramos ya solucionado el sistema de financiación autonómica, probablemente ya no existiría. Es de otra época. Las discrepancias entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial son normales en democracia. Pero la forma en la que se comunicó pudo ser mejor, probablemente. Lo que no me acaba de gustar es esa imagen que se da de los bancos. Son empresas. No me parece bien demonizarlos. Un nuevo sistema de financiación autonómica, con nueva cesta de impuestos, nos habría ahorrado este uso populista.

-¿Es necesario repensar la arquitectura fiscal de España?

-No es que sea necesario, es que es imprescindible, porque si no será imposible ubicar, por ejemplo, los impuestos medioambientales, que serán importantes en los próximos años, pero difíciles de encajar en este escenario tan complicado que tenemos.