Batalla por el control sindical de 6.300 trabajadores de PSA Vigo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Oscar Vazquez

El Sindicato Independiente sigue líder tras 38 años hegemonía

09 oct 2018 . Actualizado a las 19:42 h.

La planta de PSA Vigo es territorio comanche para las fuerzas sindicales de clase. El SIT (Sindicato Independiente de Trabajadores) defiende el fuerte (20 de los 33 delegados posibles) que controla de forma hegemónica desde hace 38 años y todo apunta a que el denominado sindicato «corporativo» revalidará su liderazgo hasta el 2022 en las elecciones a las que están convocados los 6.300 empleados de la factoría de Vigo.

Concurren además UGT, que es la segunda fuerza más votada (6 delegados) con permiso del SIT; y las centrales CIG (2 delegados), CC.?OO. (3). y CUT (2).

Las votaciones son los días 21 y 22 de octubre y, a estas alturas, la planta es un campo de batalla electoral.

Desbancar al SIT no parece posible, según reconocen los sindicatos minoritarios en PSA. La principal razón es que los trabajadores son conservadores a la hora de elegir a sus representantes sindicales. Así ha sido en los últimos 38 años y esa parece la tendencia en una plantilla en la que 90 % de los empleados está afiliados a alguna central.

No está escrito en ningún sitio, y pocos lo dirán, pero en una empresa de tan elevada temporalidad es tradición considerar la afiliación como un factor de ayuda a la hora de «reenganchar contratos», reconocen fuentes de los trabajadores.

En este escenario, las centrales con menor representación se han propuesto dar la batalla en materia salarial. «Es ahí donde podemos hacer más daño al SIT, porque a ellos debemos la mayor reducción salarial», aseguran los minoritarios. Claro que el Sindicato Independiente responde al envite asegurando que, gracias a ese esfuerzo, hoy la planta gallega está sacando ya al mercado una nueva gama de vehículos comerciales, mientras calienta motores para un segundo lanzamiento para el año 2020.

Los futuros negociadores

Unos y otros saben que del resultado de las elecciones que se celebrarán la próxima semana saldrá el comité de empresa que tendrá que ponerse a negociar el nuevo convenio colectivo el año que viene. Y no será un mero trámite, porque de aquí a dos o tres año, si los planes se mantienen, la planta gallega de PSA se estará moviendo en cifras récord de producción, por encima del medio millón de coches fabricados al año (cerrará el 2018 por debajo de los 410.00). Y ese crecimiento de la producción llevará emparejado un incremento de la plantilla importante, a tenor de las expectativas del grupo.

La campaña electoral, que oficialmente se libra de puertas adentro desde el pasado viernes, empieza a trascender. Comisiones Obreras compareció para manifestar su principal objetivo: «Conseguir una representación mucho más significativa que la que tiene en la actualidad». Vislumbran un 2019 «crucial» porque tendrá lugar una negociación colectiva en la que el comité de empresa que saldrá de estas próximas elecciones jugará un papel vital.

CUT, por su parte, también ha acudido a los medios para anunciar su decisión de impugnar el censo electoral. «Hay 300 empleados más que no sabemos de dónde salieron», denuncia el sindicato.

Representantes de las organizaciones empresariales de Asturias, Lugo, A Coruña, Pontevedra, Ourense, León, Zamora y Salamanca han suscrito una alianza para reclamar ante las Administraciones el «desarrollo definitivo» del noroeste de España. El primer paso será dar forma jurídica a esta alianza, rubricada ayer en Oviedo y en la que participan la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), la Confederación de Empresarios de A Coruña (CEC), la Confederación de Empresarios de Lugo (CEG), la Confederación Empresarial de Ourense (CEO), la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), la Federación Leonesa de Empresarios (FELE), la Confederación de Organizaciones Zamoranas de Empresarios (CEOE-Cepyme Zamora), y la Confederación de Organizaciones de Empresarios Salmantinos (Confaes). El presidente de los empresarios asturianos, Belarmino Feito, incidió en que esta alianza «no va contra nada ni nadie», sino que supone la unión de los empresarios del noroeste de España en defensa de sus intereses compartidos. Resaltó el «aislamiento histórico» del noroeste y el «olvido de los Gobiernos de España en los últimos 40 años».