MC propone mantener todo el empleo y la marca en su plan para integrar Mutua Gallega

r. santamarta / d. casas REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La dirección de la firma catalana presentó en A Coruña su plan a empresarios consejeros de la gallega

19 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El proceso de fusión de Mutua Gallega con alguno de los grandes operadores del sector ya está en marcha. Directivos de la firma catalana MC Mutual se reunieron ayer en A Coruña con empresarios que a su vez son miembros del consejo de la firma gallega para plantearles su propuesta de integración. Esta compañía, presidida por Miquel Valls -a su vez presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona-, es una de las dos aspirantes a llevarse la mayor mutualista de la comunidad; la otra propuesta en estudio es la de la Ibermutuamur, firma con sede en Madrid y orígenes en Murcia.

La propuesta que ayer trasladaron directivos de MC -una firma muy especializada en el ámbito industrial- se articula alrededor de cuatro grandes propuestas. La primera, el mantenimiento de todos los puestos de trabajo, «garantizando además que no habrá movilidad geográfica, y posibilidades de una carrera profesional», según fuentes cercanas a la operación. Esto es algo que inquietaba especialmente a la plantilla de Mutua Gallega, conformada por más de 300 personas, por las duplicidades con MC Mutual en la comunidad. La segunda, «preservar la galleguidad de la compañía», añaden esas fuentes, manteniendo una subsede en A Coruña, dependiente de la de Barcelona, y conservando parte de la marca. El grupo resultante pasaría a llamarse MC Mutual Gallega en toda España.

El tercer aspecto sería el gobierno corporativo. La empresa adquiriente apuesta por ampliar su consejo integrando a miembros del de Mutua Gallega, con varios puestos representativos. Y un cuarto asunto, un plan de inversiones. «Estamos ante un ilusionante proyecto para el futuro, para construir una nueva mutua de referencia en Galicia y en España», apuntaba el propio Valls después de ese encuentro en A Coruña.

Esta integración, según los números que manejan los promotores, conformaría el tercer gran grupo mutualista en España, y de largo el primero en Galicia, con una cuota de mercado del 34 %, y 300.000 trabajadores asegurados bajo su paraguas, superando las ratios de solvencia requeridos por la Administración.

La operación de fusión de Mutua Gallega, sea quien sea finalmente el escogido -primero ha de decidirlo el consejo, y luego una asamblea extraordinaria- será el primer paso de una carrera de fusiones que se da por segura en el sector. De hecho, según el último avance de resultados de las mutuas en España, de la veintena de compañías colaboradoras de la Seguridad Social, un elevado porcentaje se encuentran en una situación compleja. Se encargan de la gestión para la prestación de servicios relacionados con contingencias por enfermedad común o accidente laboral, entre otros, y la imposibilidad de obtener recursos al margen de los establecidos por la ley genera problemas patrimoniales similares a los de Mutua Gallega. Fuentes del sector vaticinan que más pronto que tarde comenzarán a producirse integraciones que llegarían a reducir a la mitad el número de empresas colaboradores en todo el país, en un proceso similar al que se produjo hace unos años con las cajas de ahorros, indican conocedores del sector. Incluso alguna mutua relevante se halla en dificultades, apuntan.

Solo cambios en el actual modelo de financiación evitarían un procedimiento de concentración que ahora parece inaplazable.

Los actuales gestores envían un mensaje de tranquilidad a mutualistas y trabajadores

El cambio que se prevé en la propiedad de Mutua Gallega, con la inevitable fusión con otra grande del sector, mantiene inalterada la actividad de la entidad gallega, con 60 años de trayectoria en la comunidad. Así lo ha dejado claro la compañía: «Mutua Gallega continua con la gestión de las prestaciones que tiene encomendadas en su labor como entidad colaboradora de la Seguridad Social con absoluta normalidad». Un mensaje de calma dirigido tanto a las empresas mutualistas que reciben asistencia como a los más de 300 profesionales y trabajadores de la entidad, después de que trascendiese la renuncia a un plan de viabilidad -que diera continuidad y autonomía a su gestión- en favor de una fusión.

La asociación de mutualistas explica que el proceso se abrió el pasado mes de julio una vez que se rindieron cuentas sobre el ejercicio del 2017, con un resultado negativo de casi 200.000 euros, debido «a la insuficiente financiación que el Ministerio de Trabajo otorga a las mutuas para cubrir la gestión de prestaciones económicas por incapacidad temporal derivada de contingencias comunes». En los últimos dos meses, la entidad barajó varias posibilidades, pero «las condiciones impuestas por Trabajo no permitían el desarrollo de un plan de viabilidad, puesto que lo limitaba a un año, tiempo claramente insuficiente», entiende el actual equipo gestor.

Retomar la posibilidad de ser anexionada por otra entidad fue la última resolución remitida la semana pasada a la Administración central, de la que Mutual Gallega permanece a la espera de una respuesta que le permita iniciar conversaciones con otra compañía. Asegura que este proceso «todavía no se ha iniciado, por lo que no existe ninguna mutua ya seleccionada».

Lo que sí ha trascendido es que en las últimas semanas al menos había cinco ofertas interesadas en la gallega. Pero de ellas dos son las que se encuentran mejor posicionadas en la puja por la cartera de Mutua Gallega. Ibermutuamur, con sede en Madrid, y la catalana MC Mutual. Una y otra se reparten el apoyo entre las distintas áreas de la compañía.

Está por ver quién se alza con el negocio, una decisión que se tomará en una asamblea extraordinaria.