El Pacto de Toledo se atasca en la importancia del IPC para revalorizar las pensiones

lucía Palacios MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Juan Carlos Hidalgo | efe

No hay consenso sobre el nuevo índice de revalorización

13 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No ha sido posible. Las esperanzas estaban puestas en la reunión que ayer celebraba el Pacto de Toledo. Había cierto optimismo en lograr un acuerdo sobre la nueva fórmula de revalorización de las pensiones, pero, una vez más, los grupos parlamentarios volvieron a emplazarse para el próximo encuentro para desatascar la situación. Ni siquiera sirvió de acicate la manifestación de decenas de pensionistas que tuvo lugar a la misma hora frente al Congreso de los Diputados y que obligó a cortar de nuevo el tráfico.

Todos, tanto partidos de derechas como de izquierdas, coinciden en que es necesario garantizar el poder adquisitivo de las pensiones utilizando como elemento «troncal» el IPC. Este ya fue un paso que se dio antes del verano, puesto que el PP en principio se oponía a volver a indexar las prestaciones a los precios. Sin embargo, la diferencia reside en si este elemento será el único que se tenga en cuenta para dicha revalorización e incluso que sea siempre así, o si en momentos de crisis puedan entrar en juego otros factores como los salarios o el PIB, de forma que solo se garantice la subida de las pensiones más bajas.

«Acercar posturas no es tan fácil», se disculpó la portavoz del PSOE en esta comisión parlamentaria, Mercè Perea, una de las voces que abogaron la semana pasada por la necesidad de cerrar un acuerdo en este punto ya. Y es que este es uno de los principales escollos del Pacto de Toledo, que lleva dos años de trabajo sin que por el momento se haya cerrado ninguna recomendación.

«Las posiciones no son fáciles y lo que podemos hacer es una redacción que permita interpretaciones en detrimento de lo que consideramos que es la garantía, sí o sí, del poder adquisitivo», apuntó, al tiempo que reiteró que las recomendaciones tienen que ser «lo suficientemente claras» para que «no pueda volver a pasar lo del 2013», en referencia a la reforma de las pensiones del PP que introdujo el índice de revalorización de las pensiones (IRP), que abocaba a una subida mínima del 0,25 % durante muchos años, siempre que la Seguridad Social tuviera déficit. Ahora todos están de acuerdo en dar carpetazo a este IRP que condenó el año pasado a los pensionistas a perder poder adquisitivo, pero la cuestión es dar con una fórmula con la que todos los grupos parlamentarios se sientan cómodos y que también pueda entrar en juego el diálogo social.