Fiebre por los primeros pisos colmena de Barcelona: «Hay 200 inscritos para 38 plazas»

ECONOMÍA

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El promotor de Haibu 4.0 espera inaugurar el primer apartamento en un plazo de tres semanas

06 sep 2018 . Actualizado a las 20:08 h.

15 espacios para 15 personas. Tres metros cuadrados para cada uno, suficientes -según los promotores de Haibu 4.0- para situar un colchón, colocar una televisión, una pequeña estantería y tener privacidad. El gerente de la compañía catalana, Marc Olivé, explica a La Voz de Galicia que los primeros pisos colmena de España están ya listos para recibir a sus primeros inquilinos en un plazo de tres semanas. 

La página web de la empresa se colapsó durante varias horas y el teléfono personal del empresario no da tregua. Apenas han pasado unos días desde que El Periódico se hizo eco de la aparición de estos singulares apartamentos. De ahí, a las redes sociales y a la indignación por la precariedad que cientos de usuarios observan en los pequeños habitáculos. De momento, solo horas después de que el resto de la prensa del país conociese su existencia, más de 200 personas se han inscrito para ocupar una de las 38 plazas disponibles. 

«Hemos construido este perfil de apartamentos, donde los inquilinos puedan estar cómodos, sin molestar al resto», explica Olivé. Por 200 euros, en una ubicación que Haibu 4.0 ha decidido no hacer pública (si bien ya se sabe que uno de los prototipos estará en el barrio de la Bordeta), 15 personas podrán compartir piso en una de las ciudades más caras del país. Esta mañana, sin ir más lejos, el portal inmobiliario Fotocasa publicaba un informe que situaba a Barcelona como la más exigente para compartir vivienda. Hasta 508 euros de media por habitación durante el mes de agosto, un 6,3 % más que el año anterior y 70 euros más elevado que Madrid. Además de vivir en los minúsculos dormitorios, el precio que abonan los usuarios mensualmente incluye luz, agua, gas y zonas comunes, como cocina y baños compartidos. 

La oficina central de la inmobiliaria, ubicada en una torre de oficinas del exclusivo barrio de Sants, alberga una maqueta a tamaño real de las instalaciones que cuenta en sus, por ahora, dos pisos colmena. «A quien le guste, puede quedársela. Si no, no hay problema», sonríe Olivé. La idea es abrir en tres semanas, luego de que la asesoría jurídica de la empresa diese el visto bueno. 

Y lo hará después de haber trabajado durante el último mes para evitar encontrarse con un requisito de seguridad que les impida poner en marcha la vivienda. No ha contado, sin embargo, con la licencia del Ayuntamiento de Barcelona para hacerlo. Olivé asegura que trató de pedir audiencia con los responsables del consistorio y no obtuvo respuesta. «Llevamos así dos meses», lamenta el gerente de Haibu 4.0.  

El Ayuntamiento descarta la apertura del piso

Consultado por este periódico, el Ayuntamiento de Barcelona responde que no ha recibido ninguna solicitud de licencia para abrir una vivienda de estas características. «El tipo de alojamiento que describe la web no tiene cabida en Barcelona», añaden, al tiempo que no observan el cumplimiento, «de ninguna manera», de los requisitos mínimos de habitabilidad «que se exigen para poder vivir con dignidad y con unas condiciones adecuadas».

Tanto el concejal de Vivienda como la edil de Urbanismo ya habían rechazado esta semana la apertura de los pisos colmena. «Barcelona nunca dará una licencia a ninguna vivienda nicho», zanjó Josep Maria Montaner. «El problema es que no saben cómo catalogarnos», apostilla Olivé, convencido de la viabilidad de los apartamentos. 

La alcaldesa Ada Colau
La alcaldesa Ada Colau Marta Perez | EFE

La alcaldesa Ada Colau ha salido al paso esta mañana respondiendo que el Gobierno local conoció la existencia de los pisos «a través de la polémica mediática». La regidora asegura que el apartamento «no cumple la legislación urbanística ni en materia de vivienda. Está prohibido hacinar a las personas», criticó Colau.

Desde el consistorio mencionan el decreto de la Generalitat que obliga a un mínimo de cinco metros cuadrados por una habitación individual y a las normas urbanísticas del municipio, que fijan el 40 metros cuadrados la superficie base para una vivienda. El Ayuntamiento ha comunicado a los Mossos la existencia de los pisos colmena de Haibu 4.0 para iniciar una investigación sobre la existencia de algún fraude vinculado a esta oferta.

Exclusivo a quienes lleven más de 10 años en Barcelona 

Haibu 4.0 espera abrir su primer piso colmena en un plazo de tres semanas. Las 15 personas que ingresen en él deberán contar con un requisito mínimo: haber nacido en la provincia de Barcelona o llevar un mínimo de 10 años como residente. Otras condiciones para formar parte de la colmena son la edad, entre 25 años y 45 años, y los ingresos, que tendrán que superar los 450 euros al mes. No es preciso contar con aval y las mascotas tienen la entrada prohibida. 

Olivé ha querido desmarcarse así de la «batalla campal» que sufre la ciudad condal con los pisos de alquiler turístico. «Existen hostales donde se pagan 750 euros al mes y son solo una cama», sostiene el empresario. 

El gerente de la inmobiliaria entiende la polémica suscitada tras conocerse la existencia de los cubiletes, aunque ve en ellos una vía para «ayudar» a las personas que no pueden permitirse el pago de un alquiler en Barcelona. Olivé ha viajado por ciudades como Nueva York, Tokio o Hong Kong, donde este tipo de apartamentos son cada vez más comunes. «Los compañeros me decían que la gente se acostumbra a vivir en tres palmos cuadrados», afirma. En la construcción de los apartamentos han participado arquitectos, diseñadores de Ikea y abogados, para lograr un «espacio confortable, donde estudiar, ver la tele y hacer su vida». 

La idea es que los habitáculos sean un espacio personal donde los inquilinos mantengan su privacidad, mientras que el conjunto del piso está contemplado como «un grupo o una hermandad». Todos los habitantes de la casa entrarán en un grupo de WhatsApp común, conocerán el nombre y apellidos del resto de compañeros de apartamento y contarán con un administrador, que se encargará de gestionar conflictos que puedan surgir o advertir sobre un eventual cambio de domicilio.