La liquidez extra no frena la crisis turca

Ana Balseiro
Ana Balseiro LA VOZ / MADRID

ECONOMÍA

JEON HEON-KYUN | Efe

El anuncio de medidas no calma al mercado y la prima de riesgo sube hasta los 116 puntos

13 ago 2018 . Actualizado a las 21:37 h.

«El BCE hará lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente», afirmaba en julio del 2012 el presidente del supervisor europeo, Mario Draghi. Esta sola insinuación sirvió para calmar la tormenta financiera que en aquel momento amenazaba el futuro del euro. Ayer el Banco Central de Turquía trató de emular a Draghi, al asegurar que proporcionaría a las entidades del país «toda la liquidez que necesiten» para frenar el derrumbe de la divisa nacional, la lira turca, que ha perdido más de un 40 % de su valor en lo que va de año.

«El banco central vigilará de cerca la profundidad del mercado y la formación de precios y tomará todas las medidas necesarias para mantener la estabilidad financiera, si lo considera necesario», anunció en un comunicado. La batería de medidas incluye desde operaciones de refinanciación en los momentos con mayor necesidad de liquidez, con vencimientos a entre seis y diez días, hasta la rebaja de la ratio de reservas exigidas a los bancos ?lo que liberaría cerca de 72.000 millones de liras turcas (9.200 millones de euros) en el sistema financiero?, pasando por flexibilizar las exigencias de colateral a las entidades en las operaciones de refinanciación.

Sin embargo, pese a los esfuerzos del banco central, el resultado del anuncio fue sensiblemente diferente al obtenido seis años atrás por Draghi: apenas consiguió frenar el descenso en picado de la lira, que ayer se cambió a 7,96 por euro, un 7,15 % más que el viernes, cuando la moneda única se apreció un 16 % respecto a la turca. Tampoco logró calmar los nervios de los inversores, que se tradujeron en otra jornada de pérdidas en Europa.

Duro correctivo al BBVA

En el caso de España, el Ibex cayó un 0,75 % (una bajada mucho más moderada que la registrada el viernes, del 1,56 %, la mayor en un mes, después de que Trump anunciara que doblaría los aranceles al acero y al aluminio turcos). El selectivo español cerró por debajo del nivel de los 9.600 puntos, lastrado principalmente por el desplome del BBVA, uno de los tres bancos europeos ?junto con Unicredit y BNP Paribas? con mayor exposición al país euroasiático, donde posee el 50 % del banco Garanti. Tanto es así, que la acción de la entidad que preside Francisco González cedió ayer un 3 % de su valor (en mínimos desde octubre del 2016, con 5,45 euros por título). Sumado al retroceso del viernes, la caída acumulada se sitúa en el 8,22 % o, lo que es lo mismo, en 3.260 millones de euros de capitalización bursátil volatilizada.

Pero el terror bursátil por la agudización de la guerra comercial entre EE.?UU. y Turquía se contagió al resto de plazas europeas: Milán perdió un 0,58 %, Fráncfort un 0,53, Londres un 0,32 y París casi cerró plano, con un retroceso del 0,04 %. A media sesión también Wall Street registraba pérdidas.

El riesgo país sube

En este escenario de inestabilidad financiera en un país geopolíticamente clave para Europa tampoco las primas de riesgo escaparon de la ansiedad. La española subió con fuerza, dada la exposición de un banco tan potente como el BBVA: un 4,49 %, hasta los 116,4 puntos básicos, cuando a finales de julio estaba por debajo de los 90. También escaló la rentabilidad del bono a diez años, elevándose más de un 3 %, hasta el 1,477 %. Por contra, la del bono alemán, en su papel de refugio en tiempos de turbulencias, bajó un 1,57 %, hasta el 0,313 %.

Junto con la española, las primas de riesgo que más sobrerreaccionaron a la crisis turca fueron la portuguesa y la italiana. La primera subió un 4,59 %, hasta los 152,72 puntos, mientras que la segunda se elevó menos porcentualmente, un 3,69 %, pero está mucho más alta que la de los países vecinos, concretamente en 278,2 puntos básicos.

Por otra parte, si el viernes se desvelaba que el BCE tenía bajo vigilancia a los bancos europeos expuestos a Turquía, ayer la Comisión Europea confirmaba que estaba «al tanto» del «potencial» efecto del desplome de la lira en las entidades bancarias de la UE.