Sí, en las playas gallegas hay tiburones

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Emilio Cerviño

Las aguas de Galicia se han consolidado en verano como zona de cría de quenllas, que entran en las rías en busca de alimento

05 ago 2018 . Actualizado a las 18:05 h.

Que en Galicia hay tiburones no es de ahora. Lo saben los pescadores profesionales. Porque, aunque sea de manera accidental, se cuelan habitualmente entre sus capturas. Solo que antes había que desplazarse varias millas de la costa, por fuera de las islas Cíes o de Fisterra, para dar con un ejemplar de tiburón azul, que es el que frecuenta estos lares.

Ahora es otra cosa. Unos años después de que alarmasen a surfistas, pescadores recreativos y aficionados a deportes náuticos que protagonizaron numerosos avistamientos dentro de las rías, las quenllas se han convertido en un clásico del verano gallego. Se adentran en puertos, marinas e, incluso, han aparecido en las playas.

«La llegada de estas quenllas pequeñas se ha convertido en algo normal en esta estación del año. Ha sido siempre algo relativamente frecuente, pero en años recientes su presencia es más visible y conocida», explica Jaime Mejuto, del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de A Coruña.

Este investigador recibió el año pasado dos muestras de tiburón azul (Prionace glauca) de unos 50 centímetros que fueron capturados dentro del puerto de Muros cuando quienes las encontraron estaban pescando xardas. «Si no cambian las condiciones oceánicas en los próximos años, debemos de considerar ya como algo normal para estas fechas» los avistamientos de tiburones, añade Mejuto.

Ocurre que Galicia se trata de una zona de reclutamiento de esta especie, donde acuden a parir las hembras por su alta disponibilidad de alimento y protección de los juveniles en aguas costeras. Según un trabajo publicado en el 2013 por el equipo de Jaime Mejuto, es algo común en otros puntos del Atlántico con zonas de afloramiento.

Ahora bien, eso no quiere decir que Galicia se esté convirtiendo en Pernambuco (Brasil) o Second Beach (Sudáfrica). No ha llegado el punto de que haya que poner carteles alertando de la presencia de tiburones. Más que nada porque las que se aventuran hasta la costa son ejemplares muy pequeños, de apenas medio metro, que cuando «alcanzan más talla ya se buscan la vida en aguas oceánicas», aclara el investigador Jaime Mejuto.

Pero si no se ha llegado al extremo de tener que colocar señales, sí han sido suficientes los avistamientos como para que la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) haya lanzado una serie de pautas sobre cómo actuar en el caso de que se encuentre una quenlla. «Son inofensivas, porque se trata de exemplares moi pequenos, de 50 centímetros de lonxitude, que se adentran nas rías en busca de peixe miúdo que comer, e que aínda non desenvolveron esa ansia por morder», comenta en tono jocoso el biólogo del CEMMA Alfredo López.

¿Y qué hacer?

Pero, ojo, que tienen dientes. Así que López aconseja que, si alguien encuentra una tintorera viva varada en la playa, que la introduzca lo más rápido posible en el mar con la ayuda de una toalla «para evitar sorpresas». No es que se vayan a llevar una pierna con los dientes que tienen, pero sí están lo suficientemente afilados como para pinchar y provocar una pequeña herida.

Al que está pescando y pique en un anzuelo, recomienda que la libere viva y rápido después de liberarla lo mejor que se pueda. En el caso de que se vean vivas en el mar, el consejo es «que non se collan nin se toquen» y aquel que se encuentre con una varada muerta en la playas, puertos o rocas, que la retire a las proximidades de un contenedor de basura para evitar «que quede apodrecendo na area».

El biólogo del CEMMA también aconseja alertar siempre a los socorristas del avistamiento de una tintorera y avisar al 112 o al teléfono de la Coordinadora (686 989 008) al que, a ser posible, pide que se envíen fotos WhatsApp para poder identificar la especie, el sexo y el tamaño, dado que «non sempre é posible recoller os corpos, pero tratamos de rexistrar todos os casos».

Por el momento, en la organización no han recibido aviso de avistamiento alguno, pero han lanzado las recomendaciones de manera preventiva, al conocer por los medios que una persona pescó un ejemplar en la playa de Aguete (Marín). Sí tuvieron constancia el año pasado. «Recibimos moitos avisos». López apunta que «serían en torno a quince casos los aparición de quenllas nas praias». Y no en una zona concreta, sino que arenales de toda Galicia, de norte a sur.

Salvo un cambio en las condiciones del mar, su presencia en la costa gallega será algo habitual

«Son inofensivos, exemplares moi pequenos que buscan peixe miúdo que comer»