Las ventas de coches se disparan casi un 20 % con el diésel en caída libre

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN CARLOS GIL

Los compradores aprovechan las ofertas ante la entrada en vigor del nuevo sistema de medición de las emisiones

02 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En los concesionarios españoles se juntan estos días la demanda y las ganas (más bien la necesidad) de vender. Y eso explica las cifras de matriculaciones registradas, un mes tradicionalmente bueno para el sector de la automoción, pero que en este 2018 ha batido récords, con la entrega de 131.176 turismos y todoterrenos, un 19,3 % más que en el mismo mes del año anterior que, es cierto, tuvo un día hábil menos que el de este ejercicio.

Pero esa no es la clave en este repunte de las ventas que, como explican desde las patronales del sector, tiene más que ver con la entrada en vigor de la normativa WLTP, el nuevo protocolo de medición de consumos y emisiones, que establece unos controles más exigentes, lo que encarecerá el precio de los vehículos en los próximos meses (entre otras cosas, porque muchos coches que hasta ahora estaban exentos del impuesto de matriculación por sus bajos niveles de contaminación dejarán de estarlo). Esto ha hecho que en las últimas semanas los concesionarios hayan emprendido campañas comerciales muy agresivas para saldar el stock de vehículos homologados con el anterior sistema.

A esto hay que añadir otros factores menos coyunturales, pero claves para decantar decisiones de compra, como la buena marcha de la economía y la mejoría de la confianza de los consumidores, que se nota en las buenas cifras de venta a particulares, que subieron un 10,5 %. Todos los canales crecen a doble dígito, aunque el mayor incremento se da en el canal de alquiladores (31 %).

Las cifras de julio disparan también los registros acumulados durante los siete primeros meses del año, en los que se matricularon 865.845 coches en España, un 11,4 % más que en el mismo período del año anterior.

El diésel, en caída libre

Pero los buenos datos de ventas no maquillan los puntos negros sobre los que llaman la atención los profesionales del sector. El principal, la caída en barrena de las matriculaciones de vehículos diésel, que disminuyeron un 40 % en el canal de particulares, de forma que solo uno de cada cinco coche adquiridos en julio por las familias españolas tenían motor de gasoil. «En los otros dos canales, el de empresas y el de rent a car, el diésel todavía mantiene el tipo, aunque también nota la desaceleración. Está claro que el clima creado alrededor de esta tecnología ha tenido un impacto inmediato y muy negativo en la percepción que tiene el comprador», explica Raúl Morales, de la patronal de concesionarios Faconauto, que subraya que la situación tendrá otras consecuencias a medio plazo, ya que obligará a las fábricas a amoldarse a las nuevas preferencias de los compradores.

A ese impacto en el plano industrial la asociación de fabricantes Anfac suma otro en materia ambiental, ya que «los vehículos diésel nuevos tienen unas emisiones de NOX [óxidos de nitrógeno] y partículas similares a los vehículos gasolina y muchas menos de CO2», por lo que de mantenerse la tendencia actual se dispararán las emisiones medias de los nuevos vehículos matriculados.

Desde Anfac señalan también que «este crecimiento de las ventas no va en paralelo con una mayor renovación del parque automovilístico», ya que solo se achatarra un vehículo antiguo por cada dos nuevos que se matriculan.

La asociación de vendedores Ganvam explica esta aparente paradoja por el mayor volumen de ventas a empresas y reclama un nuevo plan PIVE: «Si se quiere impulsar el protagonismo de los particulares, que es donde debe estar el grueso de las operaciones de un mercado sano, y se quiere cumplir el objetivo de tener una movilidad realmente sostenible hay que repensar un plan de achatarramiento que incentive el cambio de coche». De no hacerlo, advierten, la antigüedad media del parque automovilístico, que supera los 12 años, «seguirá subiendo como mínimo hasta el 2020».

Lugo es la provincia gallega con mayor subida: un 32 %

De cada mil vehículos matriculados el mes pasado en España, 32 se vendieron en Galicia. Un total de 4.228 turismos y todoterrenos, lo que supone un incremento del 19,7 % respecto al mismo mes del año anterior, en línea con la evolución del mercado en el conjunto de España. Donde es sensiblemente mejor el comportamiento del mercado es en el acumulado del año, con un repunte del 12,5 % entre enero y julio, un punto más que la media estatal.

Por provincias, Lugo es la que registró la mayor subida, un 32 %, lo que se traduce en 131 matriculaciones más. Le siguen A Coruña, con un 20,8 % más -aunque lidera en volumen de ventas, con 1.836 unidades despachadas-; Pontevedra (15,6) y Ourense (15,4).

Como ocurre en el resto del país, en las cuatro provincias gallegas el canal que más tira del mercado es el de empresas, aunque el de particulares crece en todas salvo en Ourense, donde sufrió un traspiés en julio que no afecta al resultado positivo en el acumulado anual.

Los más demandados

Renault, Volkswagen y Seat fueron los tres fabricantes con mejores resultados de ventas en julio, con lo que, aunque bailan las posiciones, se mantienen fuertes en el podio consolidado en los siete primeros meses del año.

Aunque en España son los utilitarios los que lideran el mercado, en julio se vieron adelantados por los compactos, con una cuota del 20,8 %. Destaca también el estirón de los todocaminos, con alzas cercanas al 50 %, y los todoterrenos, que repuntaron un 58 %.

Volkswagen saca pecho tras el escándalo: «Vendemos más que nunca»

P. Baelo

¿Puede un consorcio afrontar la mayor crisis de su historia y batir continuos récords de ventas? Sí, al menos en el caso de Volkswagen. La automotriz alemana, golpeada por el escándalo de manipulación de emisiones que salió a la luz en septiembre del 2015, facturó en el primer semestre un 3,5 % más que en el mismo período del año anterior, con unos ingresos totales de 119.377 millones de euros. Gracias a este repunte de la cifra de negocio, la compañía elevó su beneficio neto en un 2,1 %, hasta los 6.613 millones.

«Hemos vendido más coches que nunca en nuestras doce marcas, salvo en Bentley», explicó en rueda de prensa el presidente del consorcio, Herbert Diess, que presumía así de los 5,5 millones de vehículos despachados en estos seis meses, un incremento del 7,1 % frente al primer semestre del 2017. La subida fue especialmente acusada en su enseña principal, Volkswagen, líder en el sector de los utilitarios de clase media, que vio crecer sus ventas un 7,7%. Los buenos datos hacen olvidar los 1.635 millones de euros adicionales que ha tenido que desembolsar la compañía por el dieselgate, un escándalo que ya le ha costado unos 27.400 millones desde el 2015 entre pleitos, multas e indemnizaciones.

Pese al aval del mercado, Diess advirtió que no piensa dar marcha atrás en sus planes de reestructuración y su fuerte apuesta por la electromovilidad, debido a los «grandes desafíos» que le esperan al grupo los próximos meses. En este sentido se refirió a la implantación de las nuevas pruebas de homologación de emisiones para vehículos ligeros (WLTP, por sus siglas en inglés). Cambios normativos que han llevado a Volkswagen a frenar la producción en varias de sus fábricas este verano. La más afectada es la central de Wolfsburgo, donde los trabajadores están perdiendo entre uno y dos días de empleo y sueldo a la semana.

Temor al proteccionismo

El austríaco, que accedió al cargo en abril, alertó además de que el «creciente proteccionismo constituye una amenaza para la industria automovilística internacionalmente conectada». Por el momento, Volkswagen y el resto de los fabricantes respiran aliviados después de que la semana pasada el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, lograra evitar que Donald Trump cumpliera su amenaza de imponer aranceles a los automóviles importados desde la UE.