José Portilla: «El futuro es el coche eléctrico, pero el diésel tiene que hacer su transición»

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Miki Mendez

«Pedimos respeto y prudencia al Gobierno en sus mensajes», dice el secretario general de Sernauto

18 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La automoción gallega emplea a 21.000 trabajadores y sus ventas superaron el año pasado los 8.700 millones, con PSA como gran peso pesado del sector. Galicia, con 120 fabricantes de componentes, es una de las comunidades más fuertes dentro de Sernauto, la patronal española que agrupa a las empresas auxiliares de automoción presentes en España. Su secretario general, José Portilla, estuvo el lunes en la Consellería de Industria presentando junto con Anfac (la patronal de los fabricantes) la agenda sectorial para los próximos años.

-Según el documento que presentan, la movilidad del futuro será eléctrica, compartida y conectada. ¿Sabremos hacer esos coches en España?

-Nuestras empresas llevan más de diez años trabajando en aspectos como la conectividad, el coche autónomo… Nuestras fábricas ya proveen con componentes de origen español y gallego estos vehículos. Para que se haga una idea de lo que se está haciendo: solo en innovación, los proveedores españoles de automoción invirtieron el año pasado 1.530 millones de euros, el 4,2 % de su facturación (36.000 millones) y más del triple de la media nacional.

-En ese futuro ya no estará el coche diésel. Al menos es lo que dice la ministra Ribera, que el diésel tiene los días contados.

-Respecto a eso, hemos pedido al Gobierno prudencia y moderación en sus mensajes, por el impacto directo que tienen en los usuarios y sus efectos en la producción de vehículos en España. Así se lo hemos trasladado a la Secretaría General de Industria.

-Lo cierto es que las ventas de coches diésel caen en picado. Si no es el final, lo parece.

-Los motores diésel son en la actualidad más eficientes y emiten entre un 15 y un 20 % menos de dióxido de carbono (CO2) que los gasolina. De ahí que sean una tecnología esencial para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2. La clave está en fomentar el rejuvenecimiento del parque y en el apoyo de la Administración para conseguirlo. El futuro del automóvil está claro que es eléctrico, pero el diésel tiene que hacer su transición, tiene que convivir en el mercado con las distintas soluciones de movilidad para las distintas necesidades de conducción.

-Los fabricantes de coches dicen que esta guerra declarada al coche diésel amenaza 4.000 empleos en España. ¿Cuál sería el impacto en los proveedores?

-No hay proveedores dedicados específicamente a componentes para motorizaciones diésel. De momento no hay impacto, pero puede que llegue.

-Galicia es una comunidad líder en automoción, pero los nuevos proveedores captados por PSA se han ido a Portugal. ¿Cómo se compite contra eso?

-El sector tiene un nivel de competitividad elevado, pero hay circunstancias que pueden lastrarlo, como el coste de la energía o el de la mano de obra. En su día nos beneficiamos de nuestra mano de obra más barata y hoy sufrimos el fenómeno no solo con Portugal. Están ahí Marruecos, Turquía, Eslovaquia y la República Checa. Hace falta un fortísimo nivel de I+D+i y lo tenemos. Los constructores de coches han ido traspasando la labor de innovación a los proveedores, que se están convirtiendo en verdaderos socios tecnológicos

-¿Pero no cree que a día de hoy es casi imposible que una multinacional de componentes elija España para instalarse?

-Al contrario. Somos el cuarto país de Europa en volumen de producción de componentes, líderes en fabricación de baterías de arranque y en componentes para el interior del habitáculo. Somos el único país que fabrica todas las partes de un vehículo.