Fontenla renuncia a seguir llevando el timón provisional de la patronal gallega

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

benito ordoñez

Un grupo de trabajo redactará unos nuevos estatutos

17 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) se ha convertido en todo un señor enredo al que cada vez parece más difícil encontrarle solución. Tres presidentes en cuatro años (José Manuel Fernández Alvariño, Antonio Dieter Moure y, el último, Antón Arias, que dimitió en enero de este año) dan buena cuenta del aire que se respira en la patronal gallega, consumida en el fuego de una fractura interna de las que hacen época.

El próximo viernes los empresarios gallegos estaban llamados a elegir a un nuevo líder capaz de restañar las heridas ocasionadas tras años de lucha interna y de devolver con ello a la CEG a la tarea que nunca debió abandonar: la de representar dignamente al empresariado de la comunidad y defender sus intereses. No ha podido ser. El 13 de julio se cerraba el plazo para presentar las candidaturas. Nadie lo hizo. Y la organización se encontró con que, por primera vez en su historia, no había nadie dispuesto a tomar sus riendas.

Consumado el fiasco, la CEG aseguró en un comunicado que «en la próxima reunión de los órganos directivos de la organización gallega» se analizaría «la situación actual» y «se decidirían las medidas a adoptar». Pues bien, ese encuentro tuvo lugar ayer. Y su resultado ha venido a complicar un poco más, si cabe, las cosas.

Y es que Antonio Fontenla, presidente de la patronal coruñesa, que estaba al frente de la junta de vicepresidentes -compuesta por los líderes de las provinciales- que está llevando las riendas de la organización de manera provisional desde la salida de Arias -es la fórmula que marcan los estatutos y a Fontenla le corresponde estar al frente por antigüedad- ha presentado la renuncia.

Considera Fontenla, que ya ha ocupado en diversas ocasiones el timón interino de la organización, que su labor en ese frente ha terminado. Y, de momento, no se sabe quién llevará las riendas de la CEG mientras dure la confusión en la que nada desde hace meses.

En la junta directiva de ayer se acordó también convocar un grupo de trabajo, en el que estarán las confederaciones provinciales y asociaciones sectoriales, para tratar de alumbrar una fórmula que les permita elegir presidente en «el menor tiempo posible».

Los actuales estatutos nada dicen de cómo salir de una situación como la que se vive ahora. Directamente no la contemplan. ¿Quién se iba a imaginar que llegaría el día en que nadie quisiese dirigir la patronal gallega? De ahí que el mencionado grupo de trabajo vaya a asumir también la misión de elaborar el borrador de unos nuevos estatutos. Todo con el objetivo de garantizar cuanto antes la gobernanza de la entidad.

Y, claro está, se ha desconvocado la asamblea general electoral prevista para este próximo viernes. Por razones obvias: no hay candidato alguno al que votar.