Hacienda no dejará que las grandes empresas paguen menos del 15 %

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Juan Carlos Hidalgo | efe

No tocará el IRPF, pero sí la fiscalidad de la banca y de las empresas tecnológicas

06 jul 2018 . Actualizado a las 07:55 h.

Las medidas que el Gobierno de Pedro Sánchez ha ido comprometiendo desde su mudanza a la Moncloa necesitan ingresos que las sostengan, y ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dio nuevos detalles sobre cómo pretenden financiarlas. En una entrevista radiofónica, insistió en que el objetivo socialista no es subir los impuestos que soporta la ciudadanía -nada de tocar el IRPF-, sino «crear espacios fiscales nuevos para una sociedad del siglo XXI». Y hacerlo «desde ya»: tramitará cuanto antes los proyectos de ley en el Congreso para que los cambios entren en vigor «lo más próximo posible» al arranque del año que viene, ya que, al ser nuevos impuestos, no pueden incluirse en los Presupuestos Generales del Estado del 2019, que ya prepara el Ejecutivo.

De este modo, de la caja de sorpresas tributaria saldrán -por el momento- los ya anunciados nuevos impuestos a las empresas tecnológicas y a la banca, a los que se sumará un cambio en el impuesto de sociedades (que grava los beneficios empresariales), limitando las deducciones que se aplican las grandes empresas e impidiendo con ello que paguen menos de un 15 % (ahora la media tributa al 12 %).

«Hay diferentes propuestas sobre la mesa. Nos inclinamos por poner un tipo mínimo en las grandes empresas y que no se puedan aplicar deducciones posteriores, porque el tipo teórico no se adecúa al real después de aplicar toda una arquitectura de deducciones», explicó Montero, cifrando en el 15 % el tipo efectivo final.

La ministra también destacó que el Gobierno quiere utilizar la fiscalidad para favorecer la igualdad entre hombres y mujeres en el seno de las empresas, por lo que estudiarán la aplicación de deducciones a las sociedades que apuesten por ella.

Junto con los cambios tributarios para las grandes empresas, el Ejecutivo también tiene previsto seguir adelante con el impuesto que el anterior Gobierno tenía pensado aplicar a las tecnológicas, con una recaudación estimada de 600 millones. Bautizado como tasa Google, el exministro Cristóbal Montoro pretendía sufragar con este nuevo tributo parte de la subida de las pensiones aprobada en los Presupuestos Generales del Estado de este ejercicio, que entraron en vigor precisamente ayer.

Mil millones

Montero también se refirió al nuevo impuesto a la banca, recogido en el programa del PSOE, y con el que el Ejecutivo espera recaudar en torno a 1.000 millones de euros que destinará a pagar pensiones. La ministra lo calificó de «novedoso» y, aunque admitió que no esperaba que el sector financiero lo recibiera «con agrado», sí confió en su «comprensión». «[Los bancos] tienen margen para aportar», apuntó, para añadir que el alcance del tributo será «razonable y progresivo».

Fiscalidad medioambiental

El otro eje sobre el que pivotará la nueva estructura tributaria será la fiscalidad medioambiental, precisamente en el intento de adaptar la tributación a las necesidades y cambios del siglo XXI. Así, aunque Montero no concretó si incluirá el aumento de la fiscalidad sobre los carburantes, sí justificó la creación de gravámenes verdes en la necesidad de un arma «disuasoria» contra los productos contaminantes. En lo que respecta al techo de gasto para el 2019, la responsable de Hacienda aseguró que «hay que subirlo», aunque no cifró en qué cuantía. Montero explicó que hacerlo es imprescindible para «recuperar parte del gasto social perdido durante la crisis», además de para «impulsar la recuperación económica».

Sin embargo, el hándicap para el Ejecutivo es cómo conjugar la política expansiva de gasto que perfilan los ministerios con el cumplimiento del objetivo de déficit impuesto por Bruselas y que este año ese del 2,2 % del PIB.

Empresarios y sector financiero, beligerantes contra el alza fiscal que se les avecina

«Somos partidarios de más bases imponibles y menos tipos, eso es lo que hay que hacer, y no castigar siempre a los que pagamos». Así resumía ayer Antonio Garamendi, presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE, la postura de la patronal ante el anuncio de la ministra de Hacienda de nuevas subidas impositivas.

Y no fue el único. El Círculo de Empresarios aseguró que el alza fiscal «no es el camino a seguir» y lo calificó de «parche» que reducirá la renta disponible de los ciudadanos y que perjudicará la competitividad de las empresas. Por ello, el colectivo reclamó que se ataque «de raíz» el problema de la recaudación, reduciendo gastos innecesarios.

Tampoco convence a la banca la hoja de ruta del Gobierno. El sector se resiste a ver aumentar su factura fiscal. Si hace un par de semanas el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, aseguraba que gravarlos con más impuestos no era la salida a un problema global como el de las pensiones y reclamó una «solución integral», ayer la Confederación de Cajas de Ahorros (CECA) alertó de «los posibles efectos colaterales» que la mayor presión tributaria puede tener para la economía, en términos de riqueza, empleo e inversión.

En lo que respecta al impuesto a las tecnológicas, desde Telefónica no lo ven «con malos ojos», aunque piden que se aplique de forma coordinada con la UE.